Señor Director:
Es sano cuando en el debate público, abrumado por los conflictos y la intolerancia, asoman posturas razonadas, y que bajo el escudo de la independencia, enseñan un camino de sensatez y de cierto pragmatismo frente a los problemas reales.
Me refiero esta vez a los aportes del profesor Óscar Landerretche, quien a través de un estilo perspicaz, valiente y de una lucidez escasa en estos tiempos, ha dicho lo que silenciosamente muchos piensan.
Una de las reflexiones que escuché esta semana, en una entrevista radial, es que no podemos seguir hablando siempre de grandes reformas, cuando a veces los pequeños cambios pueden marcar la diferencia. “Menos es más”, dijo con sobriedad y realismo, recordando los principios que inspiraron a la Concertación, en una época donde Chile avanzaba “en la medida de lo posible”.
En una segunda afirmación muy reciente, con la que se ganó el rechazo de los grupos radicales de izquierda, dijo que le gustaría que en caso de que tengamos un gobierno de derecha, traten de no derribarlo. Es cierto que utilizó algunos símbolos negativos del estallido social para graficar su afirmación, pero aquello no lo inhabilita en el trasfondo del asunto: que Chile necesita más sensatez para vivir y crecer.
Rodrigo Landa Guíñez
