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El libro que reconstruye la vida de las chillanejas a través de la justicia

Por más de tres años, la abogada chillaneja Sandra Schuffeneger Rozas estuvo revisando expedientes de causas judiciales en el Archivo Judicial de Chillán con un denominador común. Se trató de causas presentadas solo por mujeres entre los años 1868 y 1915 con la finalidad de escribir su tesis para el Magíster en Historia Occidental que estaba cursando en la Universidad del Bío-Bío.

Una investigación inédita que acabó hace poco con la presentación del trabajo en forma de libro bajo el nombre de “Mujeres en la justicia de Ñuble: Descubriendo lo vivido desde expedientes judiciales desde 1868-1915”, financiado por el Fondo de Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en su convocatoria 2023.

Para Sandra, se trata de un trabajo que no solo le permitió conocer cuáles eran las causas más recurridas por las mujeres de esa época, sino también, conocer de primera fuente cómo se llevaban esas causas y en qué terminaban. A días de su lanzamiento en la Biblioteca Municipal (fue presentado por el historiador Marcial Pedrero), actividad que se desarrolló este viernes, Sandra conversó con La Discusión Domingo.

¿Cuántos archivos revisaste y cómo se desarrolló ese trabajo?  

Revisé casi 300 expedientes. Comencé en el 2016 y terminé en 2019.

¿Cuáles eran las causas más recurrentes de la época?

Causas de divorcio, separación de bienes, alimentos, violencia intrafamiliar que en esa época no se llamaba así, sino que se presentaban bajo figuras como injurias o calumnias. Quería saber qué era lo que pedían las mujeres en los tribunales. Quería saber cómo eran las relaciones de familia, cómo era el derecho civil en el fondo.

¿Con qué te encontraste?

Con historias muy tristes, muy desgarradoras, donde había una violencia extrema en contra de las mujeres, que lamentablemente hoy día igual en algunos casos se repite. No podemos hacer un catastro, pero de lo que revisé encontramos muchas veces lesiones graves, mutilaciones, fracturas, pérdidas de embarazos por violencia. Esa violencia era ejercida por las parejas. Se vivía una vida muy precaria. La mayor parte de las demandas eran presentadas por mujeres de clase social con mayor poder adquisitivo, que por lo general tenían ciertos bienes heredados. Ellas recurrían a un escribano porque habían tenido más acceso a oportunidades.

¿Algo que te haya llamado la atención?

Encontré el testamento de Carmen Lantaño, que fue una mujer riquísima a principios del siglo XX, miembro de una familia reconocida en esta zona.

¿A quién le legó su fortuna?

Buena parte de ella se la legó a los franciscanos. Me recordó mucho al testamento de La Quintrala, porque pedía oraciones, misas especiales. Ella no tuvo descendencia.

¿Cómo se llevaban a cabo las separaciones en aquella época?

No es el mismo divorcio que nosotros conocemos hoy día, porque era un divorcio no vincular, es decir, el vínculo se mantenía entre marido y mujer, pero se permitía que no tuvieran una de las obligaciones de matrimonio, que es la cohabitación. En el fondo, eso era el divorcio en esa época.

¿Y las mujeres de clase popular, recurrían a la justicia?

Encontré causas de mujeres que, por lo general, habían participado de alguna riña y las había golpeado otra mujer o un hombre en una cantina o un prostíbulo. También acusaban algún robo. Y ahí se puede obtener bastante información porque contaban detalladamente los pormenores de las discusiones, cómo vivían, a qué se dedicaban. En los tribunales se les pedía información de nacimiento, de dónde venían, cuántos años tenían y ahí se van encontrando historias de mujeres que de otra forma no hubiéramos podido conocer. Sabemos cosas de esa época por cartas, diarios de vida, entonces estos expedientes son como una ventana al pasado de vidas cotidianas.

¿Y cómo se comportaba la justicia con ellas?

Lamentablemente, esta pregunta no es muy difícil de concluir, porque la mayoría de las demandas llegaban a nada, principalmente porque las mujeres no querían seguir con la causa, las dejaban o no tenían pruebas. Yo diría que más del 90% de las causas que revisé, se habían perdido.

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