Ñiquén es la única comuna de Chile que no tiene alcalde ni un concejo constituido
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Sentados en el banco de la Plaza de Armas, como aplastados por el calor del sol, un grupo de hombres pasaban el rato hablando de quizás qué.
Gentilmente, accedieron sin reparos a responder las preguntas de nuestro equipo. “No nos interesan los problemas que tengan en la municipalidad. Parece que sólo están interesados en esa pelea que tienen entre ellos y hace rato que no vemos avances en la comuna. Todavía tenemos problemas con el alcantarillado. Va a desembocar al río Perquilauquén y ellos peleando por ver quién se queda con la alcaldía”, critica uno, mientras el resto, de brazos cruzados, se limitan a asentir.
Conscientes de muchos de los problemas comunales, acusan falta de gestión en pavimentación, en el avance del estadio municipal, insatisfacción por la atención municipal de salud y, además, acusan que “todavía nadie ha dado una explicación sobre la madera del péndulo que sacaron los de la administración del (Manuel) Pino, y que nadie sabe dónde está”.
En otro banco, a menos de 20 metros, otro grupo de hombres, también hablaron. “Hace tiempo que no tenemos un alcalde bueno. Ninguno. Al último (Alex Valenzuela) no lo elegimos nosotros, al de antes (Manuel Pino) se lo llevaron preso y el que ganó ahora, lo sacaron porque tenía demandada a la Municipalidad”, repasaron resumiendo de manera inobjetable la historia que los afecta.
Según ellos, el último jefe comunal que generó adelantos fue Domingo Garrido, quien dejó el cargo hace más de una década.
“Él hizo la municipalidad, empezó con el estadio, mejoró la escuela y el Cesfam. También arregló la plaza. Los que llegaron después, no hicieron nada”, acusan con un pesado tono de decepción.
-¿Qué imagen creen ustedes que está dando Ñiquén en este momento?, preguntamos.
– “La peor. Somos una de las comunas más pobres de la región más pobre del país. Lo único que le puedo decir, es que esto nos da vergüenza. Eso es lo que sentimos, vergüenza, y por favor, ponga ahí en el diario que nosotros no somos de ningún partido, ni nos interesa la política, porque son todos unos ladrones”.
En la plaza, sólo andaba un puñado de personas, y en el resto de las calles no era diferente.
La mayoría eran hombres. Sólo se veía a un par de señoras junto a una niña pequeña sentadas comiendo mote con huesillo, bajo un toldo.
Una joven vestida de negro, de la mano con otro joven, también de negro, era la otra mujer que rompía con la “masculinidad” del entorno de la comuna.
Comuna que, por cierto, en toda su historia ha tenido sólo una mujer como concejala, pero jamás una alcaldesa.
Antes que el equipo de LA DISCUSIÓN se retirara de la única comuna de Chile que no cuenta con alcalde ni un concejo constituido, nos llega un whastapp por reenvío. Decía “La Discusión está en la plaza. Por si alguien quiere ir a dar su testimonio”.
Había poca gente en la calle. Pero todo lo que pasa en esa comuna se sabe en cosa de instantes.
Demandas y más demandas
Luego de las elecciones municipales de octubre, los guarismos dieron una amplia mayoría al candidato del Partido Republicano, Ariel Miranda, con el 36,53% de los votos.
El candidato Mauricio Catoni obtuvo un 25,65% y mucho más atrás quedó el alcalde saliente, Alex Valenzuela, con un 9,08% de las preferencias.
En consecuencia, Miranda -quien debía asumir el pasado 6 de diciembre- acudió a la reunión convocada el 29 de octubre por el gobernador regional, Óscar Crisóstomo, para comenzar a trabajar con los 21 alcaldes electos de Ñuble.
Todo parecía favorable para Miranda.
El exfuncionario municipal, quien llegó al consistorio de Ñiquén de la mano del exalcalde Manuel Pino (formalizado por cohecho en la causa “Cuentas Corrientes”), tendría además, un amplio respaldo en el Concejo Municipal, ya que en su gran mayoría son representantes de partidos de derecha y el más votado fue el Republicano, Juan Carlos Burgos.
Pero el asunto dio un drástico vuelco, marcado por las demandas judiciales y los sumarios administrativos que derivaron en la intervención del Tricel, con el ya conocido final de su destitución.
La administradora municipal del entonces alcalde Valenzuela, es Evelyn Mansilla, funcionaria de carrera, con pasos en diversas municipalidades del país y actual alcaldesa subrogante.
Fue ella, quien tras recibir denuncias de otros vecinos y revisar las cuentas de redes sociales de Miranda, advirtió que en pleno periodo electoral, y ausente de sus funciones municipales con licencia médica, se encontraba en actividades públicas de candidatura.
Evelyn Mansilla fue quien hizo la denuncia y, por orden de Valenzuela, fue, además, la fiscal del sumario que, enviado a la Contraloría, concluyó en la destitución de Miranda.
Pese a eso, el alcalde electo seguía ocupando su oficina en el municipio. Lo acusan de pasar todo el tiempo encerrado en ella, acompañado solamente de un puñado de partidarios.
En la vereda contraria, el abogado Juan Pablo González, representante de Miranda, califica la posición de Evelyn Mansilla, en su calidad de denunciante y fiscal, como “absolutamente irregular. Es un proceso totalmente viciado y político. Ella viene del norte, viene de Viña del Mar, fue seremi, fue consejera regional y es un instrumento político del Partido Renovación Nacional”.
Sin embargo, lo que gatilló la destitución de Miranda, sin siquiera haber asumido, fue una demanda que él mismo interpuso en contra de la Municipalidad de Ñiquén.
Cuando Alex Valenzuela asume la alcaldía, tras la destitución de Pino, a Miranda se le saca de sus funciones como director de la Dideco para darle funciones de menor responsabilidad y “se lo manda a trabajar a un lugar que parecía una bodega”, añade el abogado González.
Es entonces que la demanda por “acoso laboral” toma su curso y pide $15 millones por concepto de indemnización. “Pero apenas estuvo cuatro días en esas nuevas funciones y tiró licencia”, acusó Evelyn Mansilla.
Conforme a la Ley Orgánica de Municipalidades, ningún alcalde ni candidato a ese cargo puede tener litigios pendientes en contra de la municipalidad a la que postula. Pese a que se le advirtió de esto, retiró la demanda cuando ya no había pie atrás en la decisión del Tricel.
El 6 de diciembre se reunió por primera vez el equipo de concejales de Ñiquén, cuyo presidente es Juan Carlos Burgos.
Una de sus primeras acciones fue remover a Evelyn Mansilla como alcaldesa subrogante, pero “sin un fundamento concreto que respalde la sanción de la remoción, no es posible y ella no ha concurrido en ningún tipo de falta que amerite una sanción”, explicó el abogado del municipio de Ñiquén, Marcelo Brunet.
Los intentos continuaron y seguirán adelante, pese a que la administradora anunció públicamente que el 1 de enero va a renunciar para asumir funciones en la Municipalidad de El Carmen, a solicitud del nuevo alcalde, Renán Cabezas.
“Pero eso no es algo que nos conste”, advierte el abogado de Miranda, y actual asesor jurídico de los concejales que abogan por remover a la funcionaria.
“¿Qué certeza van a tener que eso se cumple en el mes de enero? Porque los concejales han recibido múltiples argumentos que no son reales. Engañan, entonces ellos tienen que liderar el honorable concejo y ejercer su función fiscalizadora respecto a esta administradora”.
La última reunión de concejales no fue sencilla. Los partidarios de Miranda dicen que el concejal Burgos fue amenazado; mientras que sus detractores lo acusan de tener un trato prepotente y grosero tanto con la secretaria municipal como con la propia alcaldesa subrogante.
“No les quería dar la palabra. Llegó a tanto la cosa, que tuve que intervenir yo para que las dejaran hablar. Parece que les molesta que sea una mujer quien hoy figura como jefe comunal”, explicó el abogado Brunett.
Según Evelyn Mansilla, los insultos fueron tales que “estoy estudiando acciones legales”, anticipa.
El Tribunal Laboral no solo no acogió la demanda de Miranda en contra del municipio, sino que, además, lo obligó a pagar las costas de la causa.
Por su parte, el abogado González, asegura que Miranda aún tiene opciones por la vía legal de asumir como alcalde. “Pero no las puedo revelar porque son parte de la estrategia. Pronto se va a saber”.
Un laboratorio judicial
Esta situación no tiene precedentes en el país, por lo que sea cual sea la resolución que adopte el Tribunal Electoral Regional (TER) o el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), será el caso que asentará jurisprudencia por primera vez.
Sólo se pueden repasar, a modo referencial, tres casos en el país, aunque no exactamente como el que hoy afecta a Ñiquén.
Uno de los hechos en estudio se remonta al 2012, año en que murió el alcalde de Traiguén, Rigoberto Osses, y lo que resolvió el Tricel fue que ante su deceso, los votos a su favor quedaban nulos, permitiéndole al candidato que obtuvo la segunda mayoría, asumiera.
En el papel, esto favorecería al candidato Mauricio Catoni, “Pero no es exactamente la misma situación, porque el alcalde de Traiguén sí asumió. Acá no asumió Ariel Miranda, y la ley no se puede aplicar por analogía, por lo que me parece que se trata de la opción menos viable”, advierte González.
Una segunda opción es que el Tricel declare esta elección como incalificable y, por lo tanto, repetir las elecciones.
Y como tercera opción, es que, en efecto, se declare que en Ñiquén la alcaldía “cayó en vacancia” cumplidos los 45 días sin un jefe comunal en el cargo, por lo que se deberá escoger dentro del concejo, un alcalde subrogante por el plazo necesario. “Pero para eso, debería haber un alcalde que haya asumido y nunca lo hubo. Por eso creemos que se trata de la opción menos viable”, postula Brunett.
Por lo pronto, la alcaldesa ha hecho las consultas a la Controlaría, para conocer respecto a las acciones mandatadas a los concejales, recibiendo como respuesta que, debido a este problema, no están legalmente constituidos.
“De todas formas, lo que se busca es que el concejo no caiga en una inactividad y podemos seguir trabajando en los problemas de la comuna, es por esa razón que de todas formas se pueden votar proyectos, rechazarlos o realizar otras acciones propias del concejo, entendiendo que se validan por buena fe”, explica Evelyn Mansilla.
Sin embargo, el riesgo de que un nuevo alcalde desconozca esas decisiones también existe. “Hoy, Ñiquén es casi un espacio de laboratorio, ya que es algo que no había ocurrido nunca, por lo tanto, estamos en el peor de los escenarios para las decisiones que se puedan tomar e incluso en el peor de los escenarios para los funcionarios municipales, entre los que hay temor de lo que pueda pasar, porque muchos sienten que pueden ser despedidos”, añadió.
LA DISCUSIÓN buscó la opinión de algunos de los concejales electos, sin embargo, ninguno de ellos contestó nuestros mensajes ni llamados, salvo por Juan Carlos Burgos, quien de todas formas, se excusó de responder, “porque cualquier cosa que uno diga se puede malentender”, dijo.