Más agua y nuevas especies
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No es necesario ser experto para apreciar los trastornos que ha sufrido el clima en la última década. El aumento de las temperaturas, la disminución de precipitaciones de agua y nieve, lluvias torrenciales, incendios forestales y erosión acelerada, entre otros fenómenos, dan cuenta de que el cambio climático ya no es algo del futuro, sino que del presente.
Además del impacto que esto tiene y tendrá en la vida cotidiana de las personas, se prevé un efecto mucho más traumático en la agricultura, la principal actividad económica de Ñuble.
La escasez de agua, tanto en los cursos de agua superficiales como en napas subterráneas, está haciendo más difícil la vida en la campo, con frecuentes crisis que han obligado al Estado a ir en ayuda de las familias más vulnerables, que muchas veces no cuentan ni siquiera con el suministro para el consumo humano. En las comunas del secano la situación llega a ser crítica, y los cultivos se ven amenazados por la escasez.
En por ello que urge abordar la problemática que acarrea el cambio climático desde la perspectiva agrícola. Y lo importante es que se haga ahora, porque como ha quedado de manifiesto, el cambio climático ya llegó.
Constituyen pasos positivos los que se están dando en términos de tener una mirada multipropósito para analizar la disponibilidad de recursos hídricos, aplicando modelos de cambio climático y proyectando variables meteorológicas en los tres principales proyectos de riego que hoy tiene la región: los embalses Nueva La Punilla, Zapallar y Chillán.
En efecto, la variabilidad en las condiciones hídricas ha provocado un alto nivel de incertidumbre, que responde al desconocimiento cuantitativo de la disponibilidad de agua actual para riego en la agricultura de la zona. En base a lo anterior, el Gobierno Regional financió un estudio que estuvo a cargo del Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), donde se calcula y evalúa el impacto de la construcción de estos embalses, incluyendo nuevos supuestos de diseño y operación dados los escenarios de cambio climático.
El uso de estos modelos hidrológicos para simular la escorrentía en el periodo histórico y futuro, no solo darán respaldo científico a millonarias inversiones, sino que son fundamentales para analizar la seguridad hídrica y definir la forma en que las aguas acumuladas en los embalses serán distribuidas a todos los beneficiarios.
Por otra parte, es necesario también escuchar a los científicos que están trabajando para desarrollar especies más resistentes a estos cambios, es decir, que se adapten al estrés hídrico y a temperaturas extremas. En el sector privado es clave detectar a tiempo cuáles son las especies que deberán ir desapareciendo, así como también aquellas que tendrán mejores rendimientos con estos cambios.
El territorio de Ñuble tiene una larga tradición asociada a la agricultura que no solo le ha permitido generar riqueza, sino que ha formado una cultura local que va más allá de ciertas fechas típicas, donde el campo ocupa un lugar importante en la identidad y memoria de sus habitantes. Por lo mismo, no cabe duda que la región seguirá creciendo al ritmo de las cosechas, como ha sido siempre, pero ahora también debe incorporar otros compases, como el de la sustentabilidad y la agregación de valor.