Urbanismo, patrimonio y cultura
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Días atrás se materializó un importante hito por parte del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Esto es la compra de los terrenos anexos a la Iglesia los Carmelitos para la construcción del Archivo Regional, el comodato del terreno donde se emplazará el Museo Regional, en las antiguas bodegas de ferrocarriles, cuyo proyecto está terminado, la firma de un protocolo de acuerdo con la congregación Los Carmelitos, que permitirá recuperar la iglesia y el convento para la futura Biblioteca Regional y oficinas del área de cultura y patrimonio, y el compromiso del Gobierno Regional de concurrir con recursos a la construcción del Museo Regional.
Estos proyectos, gestionados y formulados por la Dirección Regional de Patrimonio Cultural, son sin duda las iniciativas más relevantes en el ámbito de infraestructura cultural en toda la historia de la ciudad. Es el comienzo de la materialización de sueños que empiezan a ser una realidad, y que ciertamente le cambiarán el rostro a la capital regional, desde su identidad más profunda como región, a través de su historia, cultura y patrimonio.
Chillán Nuevo como se denominó al Chillán de 1835, recibió el primer tren un 18 de septiembre de 1874. El convento los Carmelitos es el edificio más antiguo de Chillán Nuevo, data de 1912 y ha resistido todos los terremotos. Por otro lado, la ubicación de este conjunto de proyectos en el sector ultra estación e inicios del eje libertad, viene a constituir un factor detonante de la regeneración urbana del sector así como crear las condiciones para la instalación y consolidación de un polo cultural junto a otros iconos, como son el museo Claudio Arrau y el Cine O’Higgins.
Chillán ha tenido un crecimiento urbano muy asimétrico, donde en los últimos años se ha fortalecido la zona nororiente, con importantes inversiones inmobiliarias y comerciales.
La creación de este polo dotado de infraestructura cultural junto a un importante patrimonio, marca un punto de inflexión en el desarrollo urbano de la ciudad, pues introduce un factor de equilibrio en la crecimiento de esta, a la vez que instala elementos objetivos que permiten pensar en la recuperación del casco histórico, espacio donde se encuentran la mayor cantidad de inmuebles de valor patrimonial.
El barrio Ultraestación por otra parte es un barrio histórico, junto la estación de ferrocarriles representa el principal acceso a la ciudad, que permitió entre otras cosas iniciar prontamente el proceso de reconstrucción en 1939.
Las ciudades que logran pasar el umbral de un desarrollo sustentable, también desde un punto de vista social, son las que pueden integrarse socialmente, y en ese sentido no deben dejar de relevar la cultura y el patrimonio.
La capital regional tiene, todos sabemos, un riquísimo acervo histórico y cultural que ciertamente encontrará en este sector de la ciudad, un espacio para acoger nuestra identidad y proyectarla al futuro, recorriendo las huellas del pasado.
La iniciativa privada, el comercio y el desarrollo inmobiliario no son una amenaza para una ciudad si esta también reserva espacios relevantes para la cultura, las artes y el patrimonio de manera equilibrada. En ello radica el significado de esta importante batería de proyectos en el sector Estación y Ultraestación, los que junto con consolidar un barrio cultural y patrimonial serán un aporte significativo al desarrollo urbano de la ciudad.