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Jovany Campusano jugando los minutos finales lesionado, con evidente dolor porque no quedaban cambios.
Patricio Rubio ofuscado tras ser expulsado en los descuentos luego de reclamarle airadamente a José Cabero.
Mario Salas arengando desde el banco a sus dirigidos para que hagan un último esfuerzo.
Un puñado de hinchas de Ñublense alentando en el Estadio Nacional y cerca de 2 mil cantando mientras siguen la transmisión en la pantalla gigante dispuesta por el municipio chillanejo en el frontis del edificio consistorial.
Estas fueron las postales que se transformaron en el telón de fondo de la definición de la Copa Chile que Ñublense perdió por 1-0 ante la Universidad de Chile batallando hasta el final.
Los diablos rojos sintieron el desgaste de la semifinal ante Magallanes, tras la cual tuvieron menos de 72 horas de recuperación para medirse con los azules que llegaron al partido tras dos semanas de preparación.
Y se notó en el primer tiempo. Porque más allá del remate cruzado que tuvo Bayron Oyarzo (6’) y que casi vence al portero Gabriel Castellón, el Rojo sufrió con el juego más fluido, veloz y punzante de la “U”.
El portero Diego Tapia sacó tres pelotas de gol cuando el cuadro universitario era un vendaval y Ñublense llegaba tarde a la anticipación, se quedaba sin oxígeno para salir de contraataque y perdía rápidamente la pelota. Por eso no extraño que Charles Atránguiz, tras un balón perdido por Ismael Sosa, abriera la cuenta a los 36’, rompiendo la línea defensiva roja y definiendo con un toque sútil ante la salida del golero ñublensino.
Ñublense corrió detrás del balón, careció de construcción futbolística y soportó los embates del cuadro azul.
Reacción diabla
Pero la impotencia del primer tiempo, dio paso a la reacción de los diablos rojos que despertaron para discutirle con mayor atrevimiento el partido al conjunto universitario.
Manuel Rivera cobró protagonismo en la distribución, se descolgó más Jovany Campusano, la defensa se afianzó y Patricio Rubio se activó en ataque.
Fue el propio goleador del Rojo a los 59’ el que anotó el empate con un zurdazo que desató la locura de los hinchas que llegaron al Nacional. Pero la alegría duró poco, porque tras una revisión en el VAR, Cabero se percató de una falta de Manuel Rivera a Franco Calderón en el inicio de la jugada. Los ‘Diablos Rojos’ no lo creían y Rubio a la cámara vociferó “los cagaron en el torneo y quieren arreglar ahora, cagones. Si perdieron el año, está arreglado”.
Ñublense fue con todo para encontrar el 1-1. Rivera lo tuvo con un remate frontal que atajó Castellón, que luego se luciría ante Pedro Sánchez. Ñublense dejó todo por el empate. Campusano se lesionó y Patricio Rubio se fue expulsado por insultar al árbitro.
El pitazo final decretó la sexta estrella en Copa Chile para la “U” que sufrió ante un corajudo Ñublense que nunca bajó los brazos en busca de la gloria en su primera Copa Chile.