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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, urgió este lunes al G20 a avanzar hacia una reforma de la gobernanza global y también a aprobar un impuesto a los supermillonarios, todo en aras de la paz global y la reducción de las desigualdades.
“Nadie está en mejores condiciones que nosotros para cambiar el rumbo de la humanidad”, declaró Lula frente a los líderes de las mayores economías del mundo, al inaugurar la segunda sesión de la cumbre que se celebra en Río de Janeiro y que va a terminar este martes.
Lula, cuyo país concluye con esta cumbre su presidencia del G20, lanzó críticas en su discurso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la “indiferencia” de la mayor parte de la comunidad internacional frente a conflictos anteriores y a los que están en curso actualmente.
“Las omisiones del Consejo de Seguridad son una amenaza a la paz” y “el uso indiscriminado de vetos convierte a ese órgano en rehén de los cinco miembros permanentes”, declaró en alusión a China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido, todos miembros del G20.
“De Irak a Ucrania, de Bosnia a Gaza, se consolida la percepción de que no todo territorio merece tener su integridad respetada y ni toda vida tiene el mismo valor”, declaró Lula, quien también afirmó que “la indiferencia ha relegado a Sudán y Haití al olvido”.
El presidente de Brasil también recordó la crisis financiera de 2008, “cuando se eligió salvar a los bancos y no a las personas”, y “socorrer al sector privado en vez de salvar al Estado”, con lo que “el mundo volvió a crecer, pero la riqueza generada no llegó a los más necesitados” y las desigualdades son aún aún más.