Según el gobernador regional de Ñuble, Óscar Crisóstomo, con la elección de los gobernadores regionales se configura un escenario político sumamente relevante, “porque después de la elección presidencial, se trata de la autoridad política que se elige con más votos a nivel nacional, sumado en esta oportunidad, que se trató de los primeros comicios con voto obligatorio, donde la participación fue del 84,9% (13,1 millones de votantes), el doble que en 2021, cuando acudió a votar un 43,2% del padrón. Por este motivo, hablamos de una elección clave, pues se trata de la autoridad que cuenta con una mirada y capacidad de gestión mucho más amplia que los municipios, lo que indudablemente influye en el futuro y desarrollo de las regiones. Estos comicios eligen a las autoridades que están más cerca del territorio, cuya misión es representar a sus habitantes más allá de su propia postura política, y eso se reflejó en el resultado que obtuvimos algunos en la primera vuelta, y seguro ocurrirá también en el balotaje”, afirmó.
A juicio de Crisóstomo, “las personas le entregan su voto y con ello su confianza, a quienes defienden y gestionan bien su comuna o región, y son evaluados por eso, por ende, las autoridades del nivel central hoy deben gobernar escuchando a sus regiones y lógicamente, esto produce un contrapeso, aún cuando se trate del mismo sector político. Eso explica por qué muchas veces, en nuestro caso, tenemos diferencias en la forma cómo se administran los recursos, cómo se designan autoridades o en el criterio en la priorización de proyectos; cuestión que seguirá siendo igual, con el presidente o presidenta que resulte electo el próximo año”, expresó.
Para el gobernador de Ñuble, “siempre es importante el contrapeso y la capacidad de gestión también. La mirada centralista no contribuye ni aporta el mejor criterio para avanzar con la pertinencia y el conocimiento que tenemos las autoridades regionales, de ahí se desprende nuestro rol clave. A mí me tocó la responsabilidad de instalar el nuevo Gobierno Regional el 2021, con autoridades nacionales de un signo político diferente al mío y fue complejo, no solo por las ideas, sino porque ceder espacios de poder siempre es difícil y en muchos casos, no se consigue la altura necesaria para situar los intereses de los habitantes por sobre las posturas políticas. Esta vez será distinto, porque los gobiernos regionales han podido desarrollarse y avanzar en políticas descentralizadoras, lo que permitirá no partir de cero y por eso, las futuras autoridades que asuman, ya sea en el parlamento o el gobierno central, contarán con un actor que no solo equilibra, sino que también golpea la mesa y defiende a la comunidad, toda vez que es necesario, tanto en la gestión de una emergencia, por ejemplo, o en la respuesta en aquellos ámbitos tan sentidos en los territorios como la seguridad, la salud o la conectividad vial, por mencionar algunos donde los gobiernos regionales somos un aporte en recursos y gestión; pero también requerimos del compromiso del nivel central para conseguir avances”, expresó.
Respecto de cómo queden conformados los futuros gobiernos regionales, dijo que espera “que se mantenga la misma unidad de propósito que conseguimos en los primeros casi cuatro años de gestión. Fue un periodo más breve, pero los gobernadores y gobernadoras logramos unidad, nos conformamos como asociación, tuvimos representatividad en los temas más importantes para las regiones; como la discusión del presupuesto, la mesa integrada de seguridad o la ley del royalty minero; y en muchos otros temas donde adoptamos una postura única que representó con fuerza la voz de las regiones. En lo personal, tuve la responsabilidad de asumir también un rol directivo dentro de la asociación, lo que me permitió no solo defender y alzar la voz por Ñuble, sino también en las materias de descentralización, donde existen aún tantas tareas pendientes.
– ¿Cuáles son esas materias?
– El Presidente Boric declaró al inicio de su gestión que terminaría su período con menos poder en favor de las regiones; y desde esta vereda seguimos esperando señales que refrenden ese compromiso. Terminar con los delegados presidenciales; una mayor capacidad de gestión en materias de seguridad con pertinencia a cada región; la autonomía para la asignación de recursos con menos tiempos de espera (y no por eso menos control), son algunos de los desafíos que tiene el actual gobierno, y de seguro, el próximo también.
En el caso particular de Ñuble, también seguiremos exigiendo más eficiencia a las carteras sectoriales, promoviendo el gasto eficiente de los recursos, cuestión que está al debe en algunos ministerios, como Obras Públicas; o una Subdere que de verdad lidere la implementación de las políticas y planes para el desarrollo regional; o en todos aquellos ámbitos que permitan culminar la instalación de la región, en aquellas áreas que facilitan la vida de las personas en las 21 comunas, acercando los servicios más utilizados por las personas a sus provincias