Señor Director:
La violencia que impacta a las niñeces y adolescencias no puede seguir abordándose con respuestas fragmentadas
o insuficientes. La protección de sus derechos debe estar en el centro de una política pública robusta, que no solo reac-
cione, sino que trabaje proactivamente para prevenirlos. Una de las características distintivas del crimen organizado,
es su apropiación de un territorio. Esto lo hacen donde reúnen mejores condiciones para la impunidad y las alianzas
de corrupción que les rentan mejor, convirtiendo a los y las habitantes en sujetos dependientes que son comprados
en sus voluntades con apoyo económico, dependencia en el consumo de drogas y se subordinan a sus órdenes, o son
violentados o exterminados si se les oponen.
El reclutamiento temprano de niños y adolescentes al crimen organizado es la semilla que hace germinar un nuevo
ecosistema social y cultural del crimen. Y la pregunta ante esto es ¿qué ofrecemos como sociedad? La respuesta hoy
es pobre y anacrónica. Más cárcel, más cámaras de vigilancia, más luminarias, más alarmas, menos rehabilitación,
menos reinserción, menos oportunidades, rebaja de edad de imputabilidad. Alternativas que entregan una misma
solución vacía de profundidad.
Es momento de que Chile asuma una visión de largo plazo, comprometida con un entorno seguro y protector para
todos los menores de edad, evitando así que más familias vivan el dolor de una infancia vulnerada.
Juan Pablo Venegas Gormaz
Director de Incidencia Pública World Vision Chile