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La devastadora serie de inundaciones que han azotado a España durante los últimos días ha dejado un rastro de destrucción y muerte, especialmente en la provincia de Valencia, donde se registran más de 200 víctimas mortales. A medida que las lluvias torrenciales ceden, comienza un titánico esfuerzo de limpieza y recuperación de servicios básicos en las zonas más afectadas.
Con cerca de 17.000 efectivos entre militares, guardias civiles y policías nacionales, el operativo de rescate y asistencia trabaja contrarreloj. Las labores incluyen extracción de agua, limpieza de toneladas de lodo y la búsqueda de posibles víctimas aún no localizadas. La Unidad Militar de Emergencias (UME), encabezada por el general Javier Marcos, ha desplegado a 7.800 militares en la región. “Estamos ante una situación caótica, con una terrible destrucción de infraestructuras que complica el trabajo”, declaró el general, quien pidió paciencia a la población y subrayó el compromiso de las Fuerzas Armadas: “Hemos estado y seguimos estando en cada municipio afectado; no nos dejamos una casa atrás”.
Hasta el momento, más de 2.600 edificios y más de 534 kilómetros cuadrados de al menos seis regiones se han visto afectados por las inundaciones de este fenómeno, conocido en España como depresión aislada en niveles altos (DANA), que puede dejar lluvias violentas y repentinas, acompañadas de tormenta en muchos casos y fuertes vientos.
Según las estimaciones de operador de microsatélites ICEYE, sus especialistas pudieron constatar que este pasado domingo 3 de noviembre las inundaciones alcanzaron en algunos puntos una profundidad máxima de 441 centímetros (4,41 metros).