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Hay consenso transversal sobre la necesidad de que Ñuble cuente con un plan de atracción de inversiones, no solo por la caída del indicador a nivel nacional observada en los últimos años, sino por el rezago estructural que exhibe la región, lo que se traduce en un menor crecimiento y un escaso dinamismo en la generación de empleos, tal como lo han demostrado sucesivos reportes del INE, que nos sitúan como la región con la mayor tasa de desempleo del país. De hecho, el informe del trimestre móvil junio-agosto de 2024 mostró una tasa de desocupación de 11,3%, la más alta desde mayo-julio de 2020, en plena pandemia, cuando llegó a 12,1%.
Por ello, deben valorarse las propuestas que apunten a revertir este cuadro, como es el programa de Inversión Tecnológica de Corfo, financiado por el Gobierno Regional de Ñuble, que busca incentivar la instalación de empresas de base tecnológica y que está mostrando sus primeros resultados. Se trata de las empresas tecnológicas Softserve y vZion Cloud; y las empresas agroindustriales, Ingeniería y Construcciones Mañío SpA y Chilean Marroni Frozen, que comenzarán a ejecutar sus proyectos a fines de 2024 y que totalizarán una inversión de 20.383 millones de pesos, generando 220 empleos permanentes y más de 3 mil empleos temporales.
Tal impacto puede ser marginal ante los más de 26 mil desempleados y desempleadas que tiene hoy la región, lo mismo que el volumen de inversión, pues hay decenas de proyectos en generación de energía que suman más de tres mil millones de dólares. Sin embargo, merece ser destacado no solo porque diversifica nuestra matriz productiva, ya que por primera vez se establecerán empresas dedicadas al desarrollo de software, sino también porque el Gobierno Regional se atrevió a salir del repertorio conocido hasta ahora para este territorio, y estableció un incentivo que en este caso ascendió a 2.534 millones de pesos, y fue decisivo en la decisión de las cuatro empresas.
La actitud de la invención, la intención del atrevimiento, es algo que deberíamos añadir al ideal de responsabilidad de los llamados a liderar la Región, tanto desde el sector público como el privado. De hecho, propuestas como la creación de una zona agroindustrial, o las referidas a incentivos tributarios y créditos especiales, como los que se han aplicado en La Araucanía, han sido promovidas por académicos y líderes gremiales que también están impulsando una mirada renovada, con más apuesta por el futuro que por las fórmulas ya probadas, que en el caso del desarrollo regional y la equidad territorial en Ñuble es mejor mirar con recelo.
Las oportunidades para el desarrollo de la Región de Ñuble, a partir de nuevas inversiones, son casi ilimitadas. Borrar el “casi” estará dado precisamente por la capacidad de innovar en la gestión destinada a captar el interés de potenciales inversionistas.
Para mirar adelante, para aspirar a una región que sea capaz de revertir todos los indicadores negativos que hoy tiene en materia de pobreza, empleo y calidad de vida, hay que tomar en cuenta otras variables que den un giro al predecible desenlace que han tenido en Ñuble las fórmulas tradicionales de desarrollo económico y de atracción de inversiones, en particular.