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Pronto se celebrarán las elecciones municipales y regionales en Chile, y una de las preocupaciones más evidentes es la baja participación de mujeres como candidatas. A nivel nacional, el porcentaje de mujeres postulantes no supera el 25%, lo que refleja un retroceso dentro de la política local y regional.
De las 345 comunas que componen el país, en 115 de ellas solo se presentan candidatos hombres. Esta realidad no solo limita la representación de género en los gobiernos locales, sino que también debilita el proceso democrático, considerando que las mujeres constituyen más de la mitad de la población.
Un caso particularmente alarmante es el de la región de Ñuble, donde de las 21 comunas, 15 tienen exclusivamente candidatos hombres. De un total de 94 candidaturas en esta región, solo 9 corresponden a mujeres, lo que representa menos del 10%.
Este panorama acentúa la desigualdad en la participación femenina en política, y destaca la necesidad de tomar medidas concretas.
Es importante recordar que ya no está en vigor la ley de cuotas, una normativa transitoria implementada en elecciones anteriores para garantizar un mínimo de participación femenina. Esta ley permitió que las mujeres accedieran a más espacios dentro del escenario político, abriendo puertas que históricamente les habían sido cerradas. Sin embargo, su carácter temporal ha dejado un vacío evidente, que se manifiesta con fuerza en las elecciones de 2024.
Aunque las leyes pueden ser un punto de partida crucial, el problema de fondo no se resuelve únicamente mediante normativas. Lo que realmente se necesita es un cambio cultural profundo que permita a las mujeres participar en política en igualdad de condiciones. La baja participación de candidatas en estas elecciones es un síntoma de un problema más amplio: la falta de espacios y oportunidades para que las mujeres puedan desarrollar sus carreras políticas. Esta carencia no solo afecta a quienes desean postularse, sino también a las generaciones jóvenes, que ven en la política una escasez de referentes femeninas en posiciones de poder.
El panorama actual nos presenta con algunas interrogantes, tales como ¿Qué pasa en los partidos políticos? ¿Qué criterios se están utilizando para proponer candidaturas? ¿Cómo se están tomando las decisiones acerca de quién puede o no presentar una candidatura?
Las elecciones de 2024 representan un desafío clave.
Si bien la ley de cuotas fue una herramienta temporal, su importancia ha quedado más que clara. Para avanzar hacia una democracia más equitativa, es fundamental implementar medidas que aseguren una participación en igualdad de condiciones.
El cambio cultural que tanto necesita Chile no ocurrirá de la noche a la mañana, pero las leyes y políticas públicas pueden desempeñar un rol fundamental para acelerar este proceso.
Soledad Martínez Labrín
Centro de Estudios Ñuble UBB
