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“Lo que está pasando no me extraña, existe un alto tráfico de trenes rápidos en la justicia”

Cristián Cáceres

Rodolfo Seguel Molina (DC), a sus 71 años, está pensionado y dedicado a su familia. El emblemático dirigente del cobre, que en plena dictadura le tocó dar la cara por el mundo sindical; y luego fue diputado y consejero regional por la Región Metropolitana, se dedica ahora a recorrer Chile motivando a las nuevas generaciones y contando su experiencia.

El miércoles lo hizo en Chillán, invitado por la DC local, en el contexto de la conmemoración de los 36 años del triunfo del No.

– ¿No lo han tentado para volver a la política contingente?

– Quise ser convencional Constituyente, pero me di cuenta que Chile cambió. Me ganó el ‘Pelao’ Vade. Me dobló en votos. Yo competí con un cáncer terminal al hígado. Y otro cáncer en la mano. Estuve a cuatro meses de morir. Y me operé. Hice campaña, con el cáncer vivo ahí. Cuando vi que él y otros personajes me ganaron, yo dije, Rodolfo, tu tiempo ha terminado.

– ¿Nos farreamos dos procesos Constituyentes?

– Sería poco decir farra. Yo creo que fue una borrachera. Todos ‘curaos’. meados y cagados. Así dejaron el país en materia política. Cuando yo hice el primer congreso del Cobre en el año 83, cuando convoqué al primer paro, en el documento decíamos, ‘Modificaciones a la Constitución, Libertad, Democracia, etc. Y cambiar la constitución. Una nueva Constitución. En el 83. Tuvimos casi 40 años. Logramos tener la posibilidad de tener una Constitución. Después de un estallido social. Tuvimos la posibilidad dos veces. Y nos farreamos la Constitución.

– Sin embargo, el descontento no se ha ido, sigue latente. ¿Cómo se puede canalizar?

– No tenemos ninguna posibilidad en los próximos 50 años de hacer una nueva Constitución, a no ser que la que hay se vaya reformando. Porque esta vergüenza nacional no se olvida. Porque cada vez que se quiera hacer algo no va a faltar, ‘oye, no, recuerden lo que hicieron’. Además, los partidos políticos tienen un cierto desprecio por el mundo social. Son elitistas, son clasistas. Usan a los dirigentes sindicales, estudiantiles, dirigentes poblacionales, dirigentes de mujeres. Se genera una casta de privilegiados. ¿Qué hay que hacer? Yo creo que hay que volver a la realidad de que el país no anda solo con los políticos. Porque no hay que olvidarse que en el 73 fueron los políticos los que no llegaron a acuerdo. El problema es más grande que la división que podamos tener, entonces, ¿Por qué no nos sentamos a conversar? Deponemos actitudes y juntamos lo que nos une. Dejemos fuera a los violentistas y terroristas, fuera de la conversación. ¿A quiénes más dejamos fuera? A los ladrones, a los corruptos. El que tiene las manos sucias con plata, con dinero o con sangre no puede participar en un diálogo para engrandecer el país. Mientras más pequeño es el cuadro, es más sólida su transparencia y su raíz de conformación para hacer algo distinto a lo que se está haciendo. Yo creo que los partidos, los dirigentes de partidos políticos, tienen que darse un baño de realidad social. Ellos hablan mucho de la solidaridad, y cuando llega el momento de la solidaridad se olvidan.

“Corruptos, corruptos, corruptos”

– ¿Qué opina de los audios de Hermosilla?

– Usted sabe que Hermosilla es hijo de Nurieldín Hermosilla, mi abogado la primera vez que caí preso, el 83. El ‘Luchín’, que era dirigente del Partido Comunista, abogado recién egresado, era el que me llevaba la documentación a la casa, para que yo la revisaba, firmara y todo. Usted no tiene idea cuánto he sufrido yo de ver lo que hizo el ‘Luchín’. A mí me ha dolido mucho, por su padre, por su hermano y también por él. Parece que el dinero lo corrompió a tal nivel de que él corrompió a tanta gente. Ahora estamos, parece que con el fiscal nacional. A mi juicio, una señal de alerta. Lo que está pasando ahora, a mí mayormente no me extraña, porque yo creo que existe un alto tráfico de trenes rápidos en la justicia: notarios, conservadores, magistrados. No se han podido cambiar las leyes para los notarios. Yo sé lo que es el lobby, estuve en el congreso. Yo vi esos paseos permanentemente. Cafés largos, ricas comidas, bien mojadas. Hoy día tenemos un Presidente, un cabro de 38 años, tenemos un congreso de cabros jóvenes. ¿Qué es lo malo? La corrupción. Dejando fuera al Presidente, tanto las autoridades regionales, comunales, como nacionales, han caído en la plata fácil. El dinero fácil. Muchos que nunca en su puta vida han trabajado, se han llenado de millones de millones de pesos en corto tiempo.

– ¿Está Chile propenso a caer en un gobierno populista?

– Si no encontramos luego un candidato, en Chile ahora está el terreno listo para un populista. Basta ser simpático, sobar el lomo, comer sandwich en la calle, y empezar a decir que a los delincuentes hay que matarlos a todos, que a los venezolanos y a los haitianos hay que quitarles la pega y los beneficios. Está el caldo de cultivo listo para un populista.

– ¿Cómo evalúa la figura del Presidente Boric?

– Yo he estado tres, cuatro veces con el Presidente Boric. Él comenzó arriba de unos patines muy grandes, que daban vuelta muy rápido, y el viento le pegaba en la cara, y de a poco se fue dando cuenta que había que cambiar los patines, poner algo más lento, y después se dio cuenta que mejor era caminar. No era necesario correr. Corrió mucho, pero fue ordenándose. Y la primera vez que habló conmigo, el año 2022 más o menos, en una larga conversación, me dijo una frase que yo quedé impresionado y dije, este hombre viene de vuelta. Me dijo, ‘Rodolfo, quiero decirte que nosotros hemos crecido arriba de los hombros de ustedes. Sin ustedes nosotros no seríamos lo que somos’. Y cada vez ha ido haciendo mayores reconocimientos, ha ido cambiando su eje de la política, ha ido cambiando su expresión y su pensamiento. Yo no tengo por qué no creerlo. Yo voté por él. No soy amigo de él, pero me siento cercano, porque yo a los 29 años di mi discurso y el país creyó en mí. ¿Quién soy yo para no creer en el Presidente? Creo que él va a madurar mucho después de esto, va a descansar. Yo no lo veo en una segunda elección inmediatamente, pero sí más adelante, no me cabe la menor duda que sí.

– ¿Qué le pareció el sueldo de $17 millones de Marcela Cubillos?

– Una rata de dos patas. La conozco, fuimos compañeros de trabajo, y no me preocupa que se publique que dije que era una rata de dos patas. Su primer discurso en el congreso y cómo llegó con su campaña fue la familia, el matrimonio, los hijos, porque en ese tiempo nosotros estábamos por la ley de divorcio. Se aprobó esa ley, y rápidamente ella y otro diputado de derecha fueron los primeros que se divorciaron y se volvieron a casar. Luego fue ministra de Educación. Y cada día se sabe más acerca de la cantidad de recursos que se trasladaron para allá. Le pagaron mientras fue convencional desde la USS, que tiene el 76% de sus estudiantes con platas del Estado. Se va a España, Y desde allá recibe la plata desde Chile. Rata de dos patas. Sinvergüenzas, ladrones, corruptos. Corruptos. Corruptos. Como esos, muchos más. Como los corruptos de la justicia, los corruptos de los tribunales. Los corruptos de los abogados y los corruptos políticos. Mierda, mierda, mierda.

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