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Hace algunos días, la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán anunció el inicio de la segunda etapa en la recuperación del mural Principio y Fin que el artista Julio Escámez pintó en el edificio consistorial en la década de los setenta.
Los trabajos están a cargo de las restauradoras María Eugenia Van de Maale y Danitza Bórquez, quienes ya comenzaron a develar el mural en el tercer piso de la Municipalidad de Chillán a través de las llamadas ventanas de sacrificio. Según datos históricos en ese preciso lugar funcionó la Sala de Concejo antiguamente. En ese espacio también el mural está bajo doce capas de pintura que las restauradoras están por estos días despejando gracias al apoyo del Centro Nacional de Conservación y Restauración.
Según explicaron desde la Unidad de Patrimonio a través de un comunicado, “en esta nueva fase, el objetivo es despejar el mural ubicado en el tercer piso de la Municipalidad de Chillán, mientras se continúa con la restauración de nuevos metros cuadrados en la Sala de Concejo Municipal. El trabajo metódico y detallado avanza hacia la recuperación total de esta obra significativa dentro del movimiento muralista latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX, conocido por sus representaciones coloridas y temáticas sociales, laborales y políticas.
Sobre esta nueva etapa, Karin Cárdenas Leal, encargada de UPA, expresó que “como equipo estamos muy felices de que continúen los trabajos de recuperación del mural de Julio Escámez, reafirmando nuestro compromiso con el patrimonio cultural local. Este importante proyecto de restauración ha generado impacto internacional debido a la relevancia de este destacado artista y por constituirse como un acto de memoria contra la censura y la represión”.
Historia
Julio Escámez comenzó a pintar el mural a principios de los setenta encargado por el alcalde de la época Eduardo Contreras Mella. Fue inaugurado en 1972 y un año después sobrevino el golpe de estado. A las pocas semanas, autoridades militares de la dictadura decidieron borrar el mural y muchas teorías se tejieron al respecto. De hecho, el propio Contreras Mella había afirmado hace algunos años con convicción que el mural había sido picado, por lo que nunca se encontrarían vestigios.
Hace un par de años surgió la idea de investigar y efectivamente se encontró a la obra casi intacta bajo doce capas de pintura que hoy se están retirando.