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Hasta hace unos años, las autoridades locales intentaban explicar el aumento del comercio ilegal de falsificaciones de prendas de vestir, aludiendo a que “llegan de otras regiones en camionetas a dejar fardos de ropa para que la vendan los ambulantes”.
Sin embargo, por primera vez en la historia de la región, lo que la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros encontró fue una bodega llena de estos fardos de prendas deportivas que simulan marcas como Adidas, Nike y Columbia. El avalúo hecho por la unidad investigadora es de $45 millones.
El encargado era un ciudadano peruano, quien se encontraba de manera irregular en el país, y cuyo modelo de negocios era el de surtir a comerciantes extranjeros en Ñuble, quienes actúan como comisionistas.
Pese a esta incautación, en la tarde, en el centro de Chillán, se podía advertir la presencia de personas vendiendo este tipo de artículos en los mismos puntos de siempre, demostrando que su erradicación pareciera imposible.
Y esto pese a que el municipio, en marzo, anunció una “nueva estrategia” para controlar el comercio ambulante, que a la luz de los hechos, no se ha materializado.
“Yo no puedo responsabilizar de esto ni a Carabineros ni a los inspectores municipales, porque uno los puede ver todos los días fiscalizando”, apunta el presidente de la Cámara de Comercio de Chillán, Alejandro Lama, quien admite que “lo que se ha estado haciendo no está dando resultado”.
Sin embargo, el dirigente apunta a los compradores. “Si este comercio ilegal ha prosperado es porque hay gente que les compra, lo que genera una enorme a los recursos públicos. Se pierden millones que pueden invertirse en salud, infraestructura pública y seguridad”, remarca.
Por lo anterior, a juicio de Lama, “mientras no se multe a quienes sean sorprendidos comprando, como ocurre ya en varias partes del país, esto seguirá”.
Mirada municipal
El presidente de la Comisión Seguridad del Concejo Municipal, Rodrigo Ramírez, también critica a las personas que nutren este mercado. “Ni los cigarrillos ni estas ropas son artículos de primera necesidad. Una es un vicio y la otra es para ostentar”.
Ramírez pide además que “desde el Interior mejoren las políticas de control, ya que lo de los inspectores municipales no puede ser más que la fiscalización, pero ellos no pueden hacer la pega que le corresponde a Carabineros o la PDI”.
Desde la Dirección de Seguridad Pública, su titular, Alejandra Martínez, comenta que las dificultades para controlar esta actividad parten por “la dilación del estado de alerta sanitaria que flexibilizó varias normas. Lo que se suma el factor económico, que hace que las personas frente a la necesidad de generar ingresos busquen como solución la venta de algunos productos”.
Pero el que se encontrara una bodega entera demuestra un fallo en cadena. “Se requiere que todos los facultados para fiscalizar puedan hacerlo activamente. Es decir la PDI, Carabineros, Aduanas, SII y Salud. No es un tema exclusivo de la Municipalidad”, sostuvo.