La historia detrás de “Violeta Brava”, la agrupación femenina de cueca urbana de Chillán
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Seis mujeres son las que le dan vida a la agrupación Violeta Brava, un conjunto que está relevando en la región la cueca urbana y que nació el 2016 como una necesidad de reunirse para enfatizar en la importancia histórica que tuvo el rol de la cantora en los campos de Ñuble.
Así lo relata Jillian Aravena, quien conversó con La Discusión Domingo en torno a la trayectoria de esta agrupación femenina, a los logros en siete años y a las proyecciones que tienen como agrupación.
¿Cómo nace Violeta Brava?
Somos solo mujeres, seis integrantes (Amelia Cuell, Adriana Donoso, Loreto Milla, Verónica Haro, Carla Muñoz y Jillian Aravena). Partimos el 2016, varias veníamos de otra agrupación folclórica y siempre estaba presente la idea de hacer algo diferente. Un día, conversando, alguien dijo que tenía el sueño de hacer un grupo de cueca de mujeres y pensamos que podíamos partir teniendo como referentes figuras femeninas también. Obviamente, Violeta Parra es la primera referente que tenemos, y actualmente también hay muchas cantoras de cueca femenina y de cueca brava, sobre todo en Santiago, Valparaíso. Comenzamos tocando cuecas de Las Pecadoras de Melipilla, de Calila Lila de Santiago, Las Capitalinas, entre otras.
¿Cómo se inspiran en el nombre?
Comenzamos la búsqueda y surgió el nombre de Violeta Brava, que es por la figura de Violeta y por su bravura también. Nos venía además bien, porque el género que nosotras cultivamos es la cueca brava. Así comenzamos a programar algunas presentaciones en locales y con el tiempo nos comenzaron a invitar a algunas actividades.
También empezaron a componer sus propias creaciones…
Así es, comenzamos a crear también nuestras propias cuecas, inspiradas en personajes o en historias de acá de Chillán, o de repente sucesos de la vida de cada una, y empezamos la creación de nuestro propio repertorio; de hecho, ahora la mayoría de los temas que nosotros cantamos son de nuestra autoría. Y tenemos alrededor de ocho cuecas, algunas grabadas en los Estudios REC el año pasado y dos grabados en el estudio del Teatro Municipal gracias a que ganamos la convocatoria para ser parte de los becados. A diario siguen naciendo ideas y hoy estamos en el proceso de creación de muchas más cuecas. Y hace varios años ya, grabamos con el Grupo Arawiy, fuimos parte del disco Cuecas para la Vicente. La cueca se llama “Hilo, tijera y botón”, de autoría de ellos.
¿Cómo ha sido la experiencia de grabar en el Teatro?
Ha sido una gran experiencia para nosotras, conocer otras agrupaciones, de otros géneros musicales, porque hemos tenido la instancia de compartir otras bandas, aparte de las capacitaciones que nos hacen, donde vienen productores musicales que nos enseñan un poquito de marketing. Eso para nosotras es totalmente nuevo. Nosotras nos dedicamos a hacer nuestra música y tratar de hacerlo lo mejor posible, pensando siempre en el público, que lo pase bien. Pero nunca nos habíamos puesto en ese plano de ver el marketing, las redes sociales. Por ejemplo, aún no tenemos nada en Spotify. Nosotros hemos subido algunos videos y trabajos YouTube, pero en Spotify aún no tenemos nada y estamos en ese proceso de subir material.
¿Van a seguir grabando? ¿De dónde salen los recursos?
Obviamente queda el gustito por grabar nuestro material, entonces estamos en conversaciones con otros estudios. Y los recursos siempre salen del bolsillo de una finalmente. Somos seis integrantes, y a la hora de repartir las ganancias de las presentaciones siempre contamos a una séptima que es Violeta Brava. Vamos dejando un fondo que nos permite adquirir vestuario, instrumentos o cosas que falten.
¿Y los planes a futuro?
Queremos entrar en las plataformas digitales para llegar a más público. A veces nos preguntan dónde nos pueden escuchar y solo estamos en Youtube. Queremos que conozcan nuestro trabajo, sobre todo que en la región de Ñuble. Que la gente sepa que queremos, rescatar la imagen de la cantora, el rol de la cantora, que en el siglo XIX, siglo XX, era súper importante y que después, por cosas de la vida, quedó supeditado al hombre. Pero sabemos que siempre fue la mujer la que animaba las chinganas, las fiestas y nosotras estamos tratando de hacer ese rescate. Somos cantoras urbanas haciendo cueca, viajando a través del folclor por distintos géneros, pero con nuestro propio sello.