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Todos(as) quieren ser alcalde(sa) de San Carlos.
La capital de la provincia de Punilla batirá todos los récord de los últimos años en la región con nueve candidatos(as) hasta la fecha, cifra que podría llegar a la decena, si el Tribunal Electoral Regional (TER) de Ñuble acepta la reclamación de la actual autoridad, Gastón Suazo Soto (Contigo Chile Mejor), cuya postulación salió rechazada en primera instancia por la falta de una declaración jurada.
Gastón Fariña Vallejos, del Partido Social Cristiano; Jorge Silva Fuentes, de Chile Vamos; Óscar Núñez Crisóstomo, del Partido de la Gente; Diego Fernández Mozó, del Partido Republicano; y los independientes Héctor Guzmán Vásquez; Felipe Letelier Norambuena; Nayaret Domínguez Aguilera, Beatriz Mercado Contreras y Rubén Méndez Venegas son los nombres que ya están inscritos para la papeleta del 26 y 27 de octubre, escenario que de inmediato hace prever una alta dispersión del voto y la elección de una primera autoridad comunal con un bajo porcentaje de los sufragios emitidos. Un caso que seguramente le hará preguntarse a varios por qué se encuentra varado en el congreso el proyecto de ley que extiende la segunda vuelta a las elecciones de alcaldes, cuando estos últimos no alcanzan el 50% más 1 de los votos.
Primarias abiertas
La politóloga y académica del Departamento de Administración Pública y Ciencias Políticas de la UdeC, Jeanne Simon, recordó que en relación a la elección de alcaldes o alcaldesas, como se necesita solamente mayoría relativa, se hace fácil presentar candidatos fuera de un pacto, como ocurre en San Carlos. “Idealmente, los partidos y los y las candidatas deberían haber realizado un primaria en términos de pactos, y haber quedado ese compromiso de apoyar al candidato y candidata que ganara la primaria, que esencialmente sería como la primera vuelta; y después, la elección sería más bien entre distintos pactos. Pero insisto, es bastante fácil ir fuera de pacto, ha pasado muchas veces, especialmente cuando hay designación de candidatos o candidatas desde las cúpulas del pacto en Santiago”, manifestó.
Según la académica, “más que una segunda vuelta de alcaldes, lo que se puede hacer es primarias realmente abiertas, no limitadas a un pacto, como la primera vuelta; y después, que en la elección de alcalde, participen solamente dos candidatos, que sería como la segunda vuelta. Eso me parece más estratégico, pero igual se podría hacer una segunda vuelta de alcaldes, considerando que también hay una probable segunda vuelta de gobernador”, expresó.
Finalmente, dijo, “el hecho que se presenten tantos candidatos, tanto de derecha como de izquierda, visibiliza el debilitamiento de los partidos a la hora de nombrar a los candidatos”.
Juego de oferta y demanda
Para el analista electoral, Rodrigo Landa, la situación de San Carlos, así como la de Coihueco y otras comunas del país donde se inscribieron muchos candidatos, no nos debería extrañar por varios fenómenos que tienen un trasfondo político, pero también sociológico.
“La primera razón, y la más obvia, es que en aquellas comunas donde el alcalde en ejercicio no va a la reelección, o el alcalde ha tenido problemas de connotación pública, los incentivos para competir como carta alternativa, aumentan. En esos dos casos caben precisamente los ejemplos de Coihueco y San Carlos, respectivamente. En segundo lugar, se ha venido expresando una mayor politización de la sociedad desde el estallido social a la fecha, con un clima que se ha agudizado por las redes sociales y el ambiente confrontacional que generan. Esto ha provocado una suerte de caudillismos en algunos casos, o de movimientos políticos nuevos que han terminado por fragmentar el espectro político. Y esa tensión permanente en la sociedad, a la larga, con un mayor personalismo en el debate de ideas, ha incidido en el concurso de candidaturas independientes, que no necesariamente responden a un patrón ideológico, o que responden solo a grupos minoritarios. Ese fenómeno puede explicar por qué hay muchos candidatos”, planteó.
La última razón, añadió, “se podría dar desde el área del marketing, y tiene que ver con el posicionamiento de las marcas en juego. Cuando no hay una marca consolidada, que se perciba como suficientemente superior sobre el resto de los potenciales competidores, es lógico que ingresen nuevos jugadores a disputar el partido electoral. Es también un juego de oferta y demanda.
El caso de San Carlos llama la atención, pero es una respuesta natural a lo descrito anteriormente”, sentenció.