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La ministra del Interior, Carolina Tohá, ha descartado categóricamente la posibilidad de un cierre de fronteras en respuesta a una potencial nueva oleada migratoria desde Venezuela. En su lugar, Tohá ha destacado la importancia de coordinarse con los países vecinos y adoptar medidas similares a las implementadas en Europa, como la distribución de cuotas de refugiados.
La situación en Venezuela sigue siendo crítica tras las controvertidas elecciones presidenciales en las que Nicolás Maduro se proclamó vencedor, a pesar de los cuestionamientos al proceso electoral. Esto ha generado preocupaciones sobre un posible aumento en el flujo migratorio hacia otros países sudamericanos, preocupación que la ministra Tohá ha abordado directamente.
“Hay que recordar que el flujo migratorio desde Venezuela no ha parado en ningún momento. O sea, ha habido una baja, pero hubo un momento mucho más crítico,” afirmó Tohá. “Recordemos la situación en Colchane en alguna época, también el país estaba menos preparado, pero no es que va a empezar ahora un flujo migratorio. Lo que puede pasar es que se incremente y que alcance dimensiones mucho mayores. Y para eso nos tenemos que preparar y tenemos que aprender también las lecciones,” añadió.
En este contexto, Tohá subrayó que el peor momento de migración irregular en Chile ocurrió cuando las fronteras estaban cerradas. “Las personas entraron masivamente y se mezclaron personas que venían a buscar refugio, una nueva oportunidad de su vida, con otras que se aprovecharon y que venían a delinquir,” explicó la ministra.
Para abordar este desafío, Tohá insistió en la necesidad de una capacidad de control de las personas que ingresan al país, destacando la importancia de la colaboración internacional. “El país tiene que tener una capacidad de controlar a las personas que entran, y eso no lo podemos hacer, además, solos, en el aislamiento. Tenemos que hacerlo en colaboración con otros países,” afirmó.