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Señor Director:”
El 2019, nuestro país vivió un hecho que evidenció un grave problema que se da en los entornos laborales. La técnica en Enfermería Karin Salgado se quitó la vida tras sufrir acoso laboral reiterado. Su caso vino a mostrarnos la existencia de ambientes laborales altamente tóxicos y la falta de mecanismos que ayuden a prevenir y sancionar el acoso y la violencia en contextos laborales. Como consecuencia, se promulgó la Ley 21.643, conocida como Ley Karin, en vigencia desde el 1 de agosto.
Esta Ley marca un gran paso en nuestra legislación laboral, ya que establece un marco legal claro para la prevención y sanción del acoso y la violencia en el trabajo, alineándose con el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La normativa exige a todas las empresas, sin importar su tamaño, sector al que pertenecen o razón social, implementar políticas y prácticas enfocadas en la prevención de riesgos psicosociales en el trabajo, así como promover la salud mental y el bienestar. Implementar esta Ley no solo implica cumplir con el marco legal, sino también es una necesidad ética y moral.
Este marco legal no debe verse como una carga administrativa, sino como una oportunidad para construir ambientes de trabajo más seguros y saludables, donde todos se sientan cómodos y puedan desempeñar sus roles de buena forma. Prevenir el acoso y la violencia no solo mejora la calidad de vida de los empleados, sino que también aumenta la productividad y el compromiso con la organización.
Caroll Francesconi Riquelme