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Con el fin de identificar y evaluar la infraestructura crítica de bocatomas, canales y túneles de las distintas organizaciones de usuarios de agua (OUA) de Ñuble, la Comisión Nacional de Riego (CNR) encabezó la primera jornada de trabajo en conjunto con las juntas de vigilancia de los ríos Chillán, Ñuble y Diguillín, en el marco del estudio “Diagnóstico obras de conducción regiones de Ñuble y Biobío”.
El coordinador regional de la CNR, Jorge Muñoz, presentó a la consultora Arrau Ingeniería, encargada de levantar la información de las posibles zonas afectadas y estimar las pérdidas económicas producto del colapso de las obras de conducción hídricas en la región en un plazo de 18 meses. Con esto se busca revisar y evaluar el estado real de 78 canales que registran más de 2 m3/s destinados a riego.
El profesional de la CNR, Patricio Espinoza, resaltó la importancia de las reuniones para indagar sobre el estado de la infraestructura crítica en los canales y así dimensionar a través de un catastro las urgencias .
Por otro lado, el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Chillán, Héctor Jaque, destacó la relevancia de contar con dicha información “para que en un futuro, si se llegara a producir una catástrofe, tengamos la infraestructura idónea y los insumos necesarios para poder enfrentarla”.
El jefe del proyecto de la consultora, Luis Arrau, sostuvo que “la idea es poder detectar a través de la información en primera instancia de los agricultores y los regantes dueños de las aguas para saber cuáles son los problemas mayores que tienen en sus canales y así configurar la lista de infraestructura crítica que esté en riesgo de colapso”.