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Señor Director:
De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas, se estima que este año la proporción de per-
sonas mayores superará al porcentaje de personas menores de 15 años, explicado en parte, por la disminución en las
tasas de natalidad, el aumento de las expectativas de vida y la reducción de la mortalidad en mayores de 60 años.
Las personas mayores son una fuente de experiencia, conocimiento y resiliencia. Han superado obstáculos y desafíos
que las generaciones más jóvenes no habían enfrentado, transmitiendo experiencias y saberes invaluables. En este
sentido, urge avanzar en la formulación de políticas, promulgación de leyes e intervenciones socioeducativas basadas
en evidencia que reconozcan las potencialidades del aprendizaje intergeneracional.
Con cada práctica discriminatoria en contra de los mayores, corremos el riesgo de perder una parte vital de nosotros
mismos. El cambio cultural debe fundamentarse en un mayor respeto, dignidad y valoración de los talentos y capaci-
dades de las personas, más allá de la edad.
Erradicar la discriminación por edad no es sólo un imperativo moral, sino que un paso estratégico para el desarrollo
sostenible. La inclusión no se trata sólo de justicia, sino de aprovechar transversalmente el potencial de cada generación
para la construcción de un país respetuoso, democrático e inclusivo para todos/as.
Eduardo Sandoval-Obando
Investigador IIDS. Universidad Autónoma