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Daños en bocatomas, cultivos e invernaderos se reportaron ayer, como consecuencia del temporal de lluvia y viento que azota a la región de Ñuble, el que ha generado un importante aumento de los caudales de ríos, esteros y canales de regadío.
Autoridades y funcionarios del Ministerio de Agricultura, encabezados por el subdirector nacional de Indap, César Rodríguez, recorrieron algunos sectores de la zona, como el río Ñuble, Puente Ñuble, El Carmen, Quillón, Coelemu y Trehuaco, donde verificaron afectaciones y se reunieron con organizaciones de regantes para monitorear el comportamiento de la infraestructura de riego.
En esa línea, destacaron que los daños son menores que los registrados el año pasado, cuando los desbordes e inundaciones destruyeron infraestructura productiva.
“Es una región que por la labor ya realizada ha ido abordando de buena manera estos dos frentes de mal tiempo”, aseguró Rodríguez. Añadió que “tenemos algunos lugares más afectados, que es la zona costera y la precordillera, acotados especialmente en sectores con invernaderos y algunas siembras con algún grado de inundación, pero para la dimensión del temporal ha estado bastante bien preparada”.
“No olvidar que la región también tuvo una afectación muy importante por dos inundaciones el año pasado -continuó la autoridad-, donde hubo que hacer una serie de obras que, junto con el MOP, reforzaran las defensas fluviales, porque se salieron canales, hubo destrucción de canales y también sectores productivos muy inundados. Ese sector ha respondido muy bien, por lo tanto, eso significa que las obras fueron bien realizadas”. De igual forma, destacó la labor de los municipios.
En Quillón, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, quien se encuentra en la zona como enlace con el nivel central; y la directora Indap Ñuble, Fernanda Azócar, dialogaron con agricultores de la zona.
Por su parte, el seremi de Agricultura, Antonio Arriagada, informó que se está haciendo un trabajo de prevención con los productores, de manera de evitar mayores pérdidas de infraestructura o de siembras. Además, subrayó la importancia del trabajo coordinado con el MOP para resolver las afectaciones y monitorear las obras de contención de caudales.
Infraestructura de riego
Según informó la Comisión Nacional de Riego (CNR), en el río Ñuble se reportaron problemas en la ribera sur, debido a las inundaciones por el desborde en el sector Capilla Cox, en la bocatoma del mismo canal y del canal San José Sur. En tanto, en la ribera norte, se advirtió que existe riesgo de colapso de la bocatoma de canal Juan Francisco Rivas y del canal Municipal, lugares que visitó el coordinador zonal de la CNR, Jorge Muñoz, en compañía de autoridades regionales y de un equipo técnico de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble (JVRÑ).
Daniela Durán, administradora y repartidora general de la JVRÑ, afirmó que, “estas semanas, la estación DGA en San Fabián registró caudales máximos de 640 y 540 m3/s, los que han influido fuertemente en el cauce del río Ñuble, interrumpiendo algunos cierres en bocatoma y trabajos de encauzamiento que realiza el MOP”.
La profesional aclaró que, “en inviernos anteriores, un caudal como éste no generaba grandes daños, sin embargo, hoy la realidad es distinta, producto de los daños que dejaron las crecidas del 2023”.
Durán explicó que, “al momento, tenemos bocatomas muy cerca de ser sobrepasadas. Por eso, nuestros dirigentes de canales, que han estado atentos a requerimientos, han asistido a realizar reforzamientos en algunos puntos, en la medida de lo posible. Por otro lado, tenemos campos que nuevamente fueron intervenidos por un brazo de río, inundando todo a su paso”.
En el río Chillán, en tanto, las aguas se llevaron las bocatomas de los canales Lautaro I y Boyén I, ambos beneficiados con proyectos de emergencia por los desbordes del año pasado.