Tras las lluvias que cayeron en la región de Ñuble durante la noche del jueves y la madrugada del viernes, el río Lonquén volvió a generar preocupación en Trehuaco. El miércoles estuvo en alerta roja, luego se bajó a azul, para volver a alerta amarilla durante la mañana del viernes.
Sin embargo, las precipitaciones menos intensas, hicieron que sus cauces se normalizaran y para hoy ya vuelve a estar en alerta azul.
“El pronóstico de la Dirección Meteorológica de Chile establecía que entre la madrugada del miércoles y el día jueves íbamos a tener el escenario más complejo”, comentó el delegado presidencia, Anwar Farrán, quien comparando la realidad de Ñuble con las emergencias sufridas en el Biobío o El Maule, concluye que “hemos resistido de buena forma”.
Como respaldo de esa evaluación, el delegado declaraba una cantidad de 7.720 personas afectadas, de las que 52 se consideraban en calidad de damnificados, de las que seis personas debieron ser trasladadas a albergues y cuatro tuvieron que ser rescatados por Carabineros y Bomberos.
Otras cifras dan cuenta de un total de 126 casas afectadas, 15 de ellas con una gravedad tal que se consideraban no habitables.
“Cuando hablamos de afectados, que son números mucho más grandes, es porque son personas que no pueden acceder a servicios, no pueden acceder a caminos, pero en líneas generales no tenemos una situación de grandes inundaciones, sólo situaciones focalizadas de anegamientos”, precisó.
En detalle, las personas afectadas han sido 2.520 en Ránquil, 1.582 en San Nicolás, 1.440 en Ninhue, 1.097 en Chillán Viejo, 444 en Quillón, 160 en Bulnes, 120 en Treguaco, 98 en Ñiquén, 60 en San Ignacio, 56 en Yungay, 48 en Pemuco, 36 en Coelemu, 25 en Cobquecura, 13 en San Fabián, 8 en San Carlos y 7 en Quirihue.
Mientras que los damnificados corresponden a 32 en San Ignacio y 20 en Cobquecura.
En cuanto a los afectados por cortes de luz, en la región se cuentan 4.872 clientes, lo que representa al 2,5% del total regional).
Durante esta mañana, de todas maneras, se realizó una comité de gestión de riesgos de emergencias (Cogrid), enfocado a las respuestas, y que fue encabezado por la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, quien fue designada como enlace para la zona desde el nivel central.
La ministra, junto a la general María Teresa Araya, jefe de la zona Ñuble de Carabineros, y el delegado presidencial, realizaron un sobrevuelo por los sectores más afectados y, posteriormente, visitó diversas localidades como Manque Sur (Quillón) y Perales.
Dentro de las realidades constatadas por la ministra, destacaba la cantidad de casas construidas de manera irregular en las proximidades de los caudales o en sectores de humedales.
“Se encuentra ingresado al Congreso un proyecto de ley para prevenir la construcción y los loteos irregulares y las parcelaciones que, bajo un engañoso uso del suelo agrícola, terminan haciendo uso habitacional que no se somete a la regulación urbana ni a la regulación de suelo, con las consecuencias que estamos viendo hoy en día”, comentó.
Caminos suspendidos
En cuanto a la conectividad vial, los caminos suspendidos pasaron de ser cinco el jueves a nueve hasta ayer viernes.
Datos de la Seremi de Obras Públicas de Ñuble sitúan estos problemas en la ruta N350, en la N-630 y en el sector Piedra Lisa de San Nicolás.
En la comuna de Quillón se afectaron la ruta N-828, N-516-O y la N-822, puente Santa Ana.
Las suspensiones en Quirihue se centran en la rutas N-418 San Miguel -Pulila; en la comuna de San Carlos ubo inundaciones en la ruta N-268; mientras que en el sector Colliguay de Chillán Viejo hubo desbordes en la ruta N-674.