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Señor Director:
Si el Estado no otorga el medicamento más caro del mundo -a Tomás Ross o a Alonso Artega- o no es capaz
de proveer los medicamentos que necesitan Joaquín Chavarría o Yuliana Navarrete, al menos no debería
sobrecargar su costo, en especial a propósito de tributos manifiestamente desproporcionados o injustos. En
efecto, la Constitución vigente consagra, como una garantía para todas las personas que, “en ningún caso la
ley podrá establecer tributos manifiestamente desproporcionados o injustos”.
Así, es “desproporcionado”, dado que la aplicación matemática de cualquier naturaleza de tributo no se condice
con los ingresos de quienes lo adquieren. Y, es “injusto”, dado que el Estado no proporciona el medicamento
a pesar del derecho a la salud, que entiende como de desarrollo progresivo. Sin embargo, si no puede hacer
efectivo este último derecho, como mínimo debería no obstaculizar su ejercicio.
En otras latitudes, se ha estimado, por ejemplo, por el Defensor del Pueblo de España que las mascarillas y el
alcohol gel no deberían pagar IVA por ser de primera necesidad (en periodo de pandemia). En el caso de Chile,
en 2015, el SII dejó sin efecto el cobro del IVA para exámenes médicos. Criterios similares podrían considerarse
en casos de medicamentos de alto costo, especialmente en que el Estado no otorga el fármaco.
Dr. Juan Pablo Díaz
Universidad Autónoma