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Señor Director:
Tiempo atrás el formalizado edil de Recoleta, fue invitado desde Venezuela por el dictador Nicolás Maduro, en lo personal creo que este sujeto iba a pedir asilo, para cobardemente el régimen chavista mantenerlo en su territorio y no extraditarlo, pero gracias a la astucia policial que alertaron a la fiscalía no logró su objetivo, ¿De quién arrancaba, de que temía? Sospechoso todo, porque si compras un solo pasaje de ida es porque después no regresaras a tu país de origen, dos dedos de frente para tal deducción.
Ahora que ha sido formalizado por varios delitos, demostró una desfachatez altanera, mencionando que la investigación de la fiscalía fue débil. No tiene ningún tipo de escrúpulos para mejorar su conducta matonesca, provocativa; la vergüenza la perdió hace mucho tiempo o simplemente nunca ha tenido el gusto y placer de conocerla. Tal vez las únicas víctimas de todo esto sean los vecinos de la indicada comuna, los cuales ciega e inocentemente siguen confiando en su alcalde. A nivel país deben haber muchas casas edilicias que están o estarán en el ojo del huracán, porque solo estamos en la punta del iceberg de la corrupción, el cáncer metastásico que está afectando por mucho tiempo al país.
Boris Cortez