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Un grupo de 10 niños y jóvenes, acompañados por sus padres, cumplieron un sueño, al presenciar este domingo el empate 2 a 2 entre Ñublense y O’Higgins, en la sala que estrenó la Municipalidad de Chillán, en el estadio Nelson Oyarzún, para usuarios de la Casa de Neurodiversidad que presentan trastorno del espectro autista e hipersensibilidad auditiva.
La iniciativa fue gestada por las madres de los asistentes al centro dependiente del Cosam (Consultorio de Salud Mental Comunitario) y respaldada por el alcalde de Chillán, Camilo Benavente.
“Tenemos un nuevo espacio para que los niños con trastorno del espectro autista puedan disfrutar con sus padres los partidos de Ñublense, que son atractivos y que les encantan. Muchas veces, por su sensibilidad, con mucho ruido y público, se descompensan, por lo tanto, este espacio inclusivo, cerrado, acondicionado en un ambiente lúdico, permitirá que vean los partidos en las mejores condiciones”, declaró Camilo Benavente, alcalde de Chillán.
El edil destacó que la iniciativa inclusiva se replicará en otros espacios de Chillán como las dependencias de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco), en el Teatro Municipal, el Mercado y Mall Arauco Chillán.
“El objetivo es habilitar espacios de integración e inclusión en la comunidad donde se puedan sentir cómodos y seguros.. Uno de ellos es el estadio Nelson Oyarzún, ya que a muchos de ellos les encanta el fútbol, pero tienen sensibilidad al ruido y a la aglomeración de personas. La idea es que sean espectadores de un partido de fútbol resguardados junto a sus padres, sin arriesgarse a una desregulación”, explicó Francisca Saravia, psicóloga y encargada de la Casa de la Neurodiversidad.
“La sorpresa para nuestros hijos fue tremenda. El estadio es un lugar que les encanta, pero lo evitaban por un tema sensorial. Agradecemos la gestión del alcalde Camilo Benavente y el Concejo Municipal que apoyaron nuestra iniciativa. Espero que nuestra ciudad siga siendo amigable para nuestros niños”, declaró Ester Rivas, presidenta de la Agrupación de las Familias por la Neurodiversidad (Afamne), cuyo hijo, Daniel Luengo, es atendido en la Casa de la Neurodiversidad de Chillán.
La sala
La sala está ubicada en el ala norte del tercer piso del estadio Nelson Oyarzún. Tiene una superficie de 40 metros cuadrados. Cuenta con tatamis de goma para que los niños se puedan sentar en el suelo e interactuar con diversos equipos de entrenamiento sensorial y piezas de estimulación psicomotriz y audífonos antiruido. Posee una capacidad para que 10 niños, con TEA e hipersensibilidad auditiva, junto a sus padres, puedan presenciar en calma los partidos del Rojo.
“Es una iniciativa ejemplar porque muchos niños con espectro autista no pueden venir al estadio por el ruido y la aglomeración. Mi hijo es fanático de Ñublense y la sala me pareció fantástica para ver el partido aislados del ruido”, confesó la apoderada Isabel Troncoso.
“Nuestros hijos necesitan ser parte de una ciudad inclusiva y que visibiliza a los niños con alguna neurodiversidad”, sentenció feliz Ester Rivas, quien con su hijo Daniel, soñaban con un espacio inclusivo en la casa de los “diablos rojos”.
Tras el partido los niños, invitados por el alcalde Camilo Benavente, bajaron a la cancha para fotografiar e inmortalizar una jornada que no olvidarán.