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Señor Director:
Entiendo que la academia califica como error decir Primero y no Uno; a la vez el mundo sindical ya no habla de “Fiesta del Trabajo”, como originalmente fue pensada, porque se entendió más apropiado hablar “Día Internacional de los Trabajadores”, y ahora marcar la observación de género “Día Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores”; además, en la misma línea no se habla de “celebrar” sino de “conmemorar”; bueno al fin al cabo todo parece ser parte de “las tristezas del por qué”. No sé qué diría hoy el General Ibañez, quien decretó la festividad el año 1931, pero más allá de los dolores históricos creo que hay que dejar espacio para la celebración, para la alegría de continuar con un legado histórico noble e imperecedero.
Pero en fin, como dirigente que reclama marchando en la calle junto a otros próceres del grito pelado, puedo jurar con la mano en el manifiesto que el buen humor y la alegría no son ajenos al mundo sindical; más bien todo lo contrario y en toda circunstancia: “Muere, cuenta alguien, un destacado dirigente sindical, luchador y exigente al máximo consigo mismo y con sus compañeros de equipo. Sabida la triste noticia uno de sus hermanos de lucha comenta compungido “murió Fulano; podemos descansar en paz”. Otro añade “murió un sindicalista reconocido por su honradez; es decir consecuentemente pobre, el sindicato como siempre sin holgura financiera, para ayudar a la familia en tan lamentable trance, acuerda una cuota voluntaria de $5.000, el primer aporte se lo piden al patrón, sorpresivamente y sin dudarlo éste les entrega $20.000; gracias jefe; Sí, sí, responde el futre, entierren a cuatro”
Bueno, la vida sindical es dura, no lo sabré yo, pero su nobleza vale y el humor nos sostiene, claro, siempre y cuando no nos convirtamos en payasos.
Miguel Gaete de la Fuente.