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Señor Director:
Recientemente, la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE), arrojó entre otros resultados que el desempleo en el país, durante el trimestre enero-marzo, se situó en 8,7%, siendo la primera baja desde octubre de 2022.
Esta cifra representa una disminución de 0,1 puntos porcentuales (pp) en doce meses, lo que se explica porque el alza de la fuerza de trabajo (3,2%) fue menor a la experimentada por las personas ocupadas (3,4%). Frente a esta realidad, cabe preguntarse si lo anterior es algo coyuntural o representa un punto de inflexión en nuestra decaída economía.
Históricamente, enero, febrero y marzo es un trimestre en el que gran parte de los chilenos se toman vacaciones y, por ende, muchas organizaciones en distintos sectores y mercados suelen recurrir a los servicios transitorios para reemplazar, momentáneamente, a quienes disfrutan de su merecido descanso.
Asimismo, dicho periodo estival es sinónimo de una mayor actividad del rubro del turismo y servicios asociados (hotelería, restoranes, bares, entretención, etc.) todo lo cual se traduce en la generación de más puestos de trabajo que deben ser llenados para satisfacer la alta demanda de esos meses.
En consecuencia, creo que lo más prudente, antes de salir a celebrar los resultados de esta encuesta, es esperar a lo que sucederá en materia de empleo desde abril en adelante, periodo de tiempo que nos dirá si estamos haciendo las cosas bien o, por el contrario, seguimos tomando malas decisiones.
Francisco González
Gerente general de Vertical Hunter