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Señor Director:
El reciente informe sobre homicidios en Chile muestra algunas tendencias preocupantes. La primera, es la consolidación del uso de armas de fuego en la comisión del delito. Esto pone un botón de alerta con respecto a la tenencia ilícita de armas de fuego, y a la necesidad también de modificar la normativa en vigencia y que hoy está a cargo de la Dirección General de Movilización. En Chile se está advirtiendo microcircuito de transacción peligroso, y eso puede incidir en un aumento de la tasa de homicidios.
Con respecto a la baja que está mostrando el informe, esta no es estadísticamente significativa. Estas cifras se tendrían que analizar en períodos de 5 años o 10 años. O sea, uno esperaría -para afirmar que hay una baja significativa de estos delitos- que estuvieran en los niveles que teníamos al inicio del 2000. Sin embargo, lo que se advierte es que, desde ese año en adelante, estos ilícitos han ido aumentando.
Hay otros temas que también son interesantes: los imputados de homicidio son generalmente gente joven al igual que las víctimas; a mayores tasas de urbanización, al parecer, se incrementa la ocurrencia de homicidio, especialmente en zonas del centro del país. Lo mismo se advierte en las comunas de mayor índice de pobreza.
Los resultados del Índice relevan la necesidad de incorporar más elementos al análisis del fenómeno del homicidio -pobreza en los territorios o los índices de escolaridad del victimario- que permitan implementar políticas eficaces para ponerle freno.
Juan Castañeda
Cientista Político y doctor en Sociología UA