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Hay cada vez más personas que han hecho de las veredas, puentes y plazas su “hogar”, corridos de su normalidad cotidiana por la pobreza, falta de trabajo y trastornos psicológicos que han cambiado radicalmente sus vidas. Esto los ha llevado, en la mayoría de los casos, a ocupar lugares públicos que, aunque los obligan a vivir en una situación de semi intemperie, también les posibilitan acceder a alimentos y bebidas alcohólicas, como también a faenas precarias que les reportan algunos ingresos.
Dentro de esos espacios, la Plaza Sargento Aldea ocupa un lugar destacado, pues después de las 19 horas el tradicional centro de abastos de la capital provincial se transforma en la habitación al aire libre más grande de la ciudad. Allí, al menos una docena de personas llega a diario en busca del refugio que les permita sobrevivir al menos un día más en su eterna lucha contra la indiferencia social, que a veces se rompe con algunos actos caritativos.
Los llamados “sin techo” son personas sin domicilio fijo ni trabajo permanente sumidas en el más terrible abandono, en ocasiones sin ningún tipo de vínculo con sus familiares. Muchos se pierden en el alcohol y terminan con serios problemas psiquiátricos, producto de largas estadías en los laberintos de las calles.
En los últimos años, no pocas víctimas de la falta de oportunidades en los campos han pasado a engrosar las filas de los “sin techo”. Entre ellas hay quienes vinieron a la ciudad porque habían quedado desempleados en sus lugares de origen y aquí no pudieron tampoco ocuparse. Otros se han instalado definitivamente y convertido en parte del paisaje, con sus colchones sucios, deshilachadas frazadas y algún brasero para calentar lo que se consiga.
¿Cuántos son?
Actualmente, según el Ministerio de Desarrollo Social y Familia (Mideso), a marzo de 2024, en la Región de Ñuble se registran 392 personas en condición de calle (PSC), de ellas 324 corresponden a hombres y 66 son mujeres. De acuerdo al mismo documento, el año 2023, habían 335 y en 2022, 272.
Esta población se concentra en la comuna de Chillán con 350 personas registradas, mientras que en San Carlos hay 24. El resto de las comunas de Ñuble casi no presentan personas en condición de calle. De acuerdo a datos de la Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Chillán, la mayoría son ciudadanos chilenos y casi el 50% de ellos provienen de otras regiones del país.
Quien habita en nuestra ciudad no puede menos que sufrir ante el doloroso cuadro de quienes muestran que la indigencia está frente a los ojos. Porque más allá del importante trabajo de asistencia realizado por el Mideso, el municipio y las organizaciones no gubernamentales, muchas veces la ayuda no alcanza para modificar la situación de estas personas. La proximidad de las noches frías de invierno y las inclemencias del tiempo obligan a redoblar los esfuerzos para modificar esta triste realidad con urgencia. El rescate de esos náufragos “sin techo” es misión del Estado, pero también de toda la sociedad.