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A mediados del 2022, la Dirección de Aseo y Ornanto de la Municipalidad de Chillán cifró en 22 los espacios ubicados en diversas villas y barrios de la comuna que se estaban utilizando como microbasurales, lo que generaba una serie de factores negativos desde el punto de vista medio ambiental, incluyendo plagas y vectores.
Pese a que las faenas de limpieza eran constantes, bastaba que transcurriera uno o dos días desde que terminaba el levantamiento de la basura y los escombros, para que esos sitios se llenaran de desperdicios nuevamente, por lo que se tomó la decisión de intervenir cada uno de esos puntos y transformarlos en parques o pequeñas plazoletas y cambiar, de esa manera, la lectura del lugar.
Cifras entregadas por la Municipalidad de Chillán a LA DISCUSIÓN, dan cuenta de un total de 40 intervenciones realizadas hasta fines de 2023, es decir, se recuperaron espacios afectados por esta mala utilización en 14 sectores de la ciudad.
Entre los barrios beneficiados con estos trabajos se cuentan las villas Santa Marta, Maipú, El Nevado y Del Río, además de los sectores de Rosita O’Higgins, población Purén, Vicente Pérez Rosales, la avenida España, avenida Vicente Méndez, la intersección de Flores Millán con Paul Harris, Robinson Ramírez y el entorno del Museo Interactivo.
En total se utilizaron recursos por $25 millones del departamento de Ornato para realizar estas faenas, dentro del plan Mantención de Áreas Verdes no Concesiondas; y otros $28 millones de la unidad de Aseo, enmarcados en los programas Transformación de Posibles Microbasurales (12 lugares) y de Reutilización de Deshechos y Escombros (28 espacios).
Precisamente, en estas últimas 28 intervenciones se logró generar mobiliario urbano, como asientos, maceteros, jardineras y protecciones utilizando material reciclado, especialmente, neumáticos y otros elementos que se encontraban en los mismos sitios.
Además, se agregaron juegos infantiles, luminarias, bancas y se pintaron murales en las panderetas, lo que unido a la creación de senderos con mulch y soleras, generando el efecto esperado y, una vez que se realizó la transformación, no se volvió a arrojar basura ni escombros.
Aminorando zonas de riesgo
Para poder mesurar el problema de los microbasurales esparcidos por Chillán, se puede considerar que mientras que en 2021, el municipio levantó en total sobre 87 toneladas de desechos; mientras que en 2022, las cifras se podrían redondear en las 70 toneladas.
En términos de riesgos, también se debe tener en cuenta que muchos de los desperdicios arrojados en esos microbasurales suelen presentar una alta carga combustible, como madera, cartones o ramas secas.
“Entonces, no solo estamos entregando un espacio bien presentado y cómodo para las personas, en especial para que los niños y los adultos mayores tengan dónde pasear o ir a sentarse en las cercanías de sus hogares, sino que además, estamos evitando posibles focos de incendios, que muchas veces se generan en este tipo de lugares”, observó el alcalde, Camilo Benavente.
La autoridad comunal, agregó que otras de las ventajas que supone esta creación de espacios son la “creación de espacios para la plantación de arbustos y árboles de bajo consumo hídrico, lo que a un corto plazo, le va entregar a cada uno de esos sectores un espacio de área verde-urbana que antes no existía. La verdad es que al ver las imágenes del antes y el después de cada lugar, es realmente impactante”.
También, en el municipio destacan que a estas intervenciones se ha sumado el programa de “Operación Cachureos” del departamento de Aseo y Ornanto, el que programa todos los fines de semana la llegada de un camión, en diferentes puntos de la zona urbana de Chillán, para recibir todos los cachureos y escombros que las personas tienen en sus domicilios, y que por no ser del tipo “basura domiciliara”, el camión recolector no los recibe.
Finalmente, el concejal Rodrigo Ramírez, presidente de la comisión Seguridad, añadió que “este tipo de recuperación de espacios, en el fondo es un hermoseamiento de las calles, lo que les va quitando espacios al microtráfico y a las incivilidades, que requieren de lugares sucios, oscuros o intimidantes, para entregárselos, en cambio, a los vecinos, por lo que no nos queda más que apoyar en todo sentido este tipo de iniciativas, que por lo demás hemos visto que los propios vecinos han apreciado y están cuidando”.