Reunió por décadas a los chillanejos, que tenían en la esquina de Avenida O’Higgins con Avenida Libertad, un punto de encuentro, sobre todo los fines de semana.
Su gran sala acogía un telón sobre el cual se proyectaron los más importantes estrenos de los setenta, ochenta y noventa. El Cine O’Higgins forma parte del recuerdo colectivo de los chillanejos y ñublensinos, y actualmente existen planes para hacer perdurar la edificación, convertida en parte del patrimonio de la región.
Construido en 1952 por el arquitecto Juan Rau, tiene una superficie edificada de 740,83 metros cuadrados, en tres niveles, con 14 metros en su fachada principal. El Plan Regulador Comunal de Chillán detalla que “se emplaza en la esquina de la manzana, configurando una fachada continua por ambas calles y un nivel comercial protegido de la lluvia por una marquesina ininterrumpida. El edificio articula y es determinante como referente urbano del eje Libertad, el cual forma un conjunto de valor patrimonial que parte en el acceso ferroviario de la ciudad con la Estación de Ferrocarriles y que remata en los edificio Servicios Públicos y la Plaza de Armas”.
Su característica de Inmueble de Conservación Histórica se sustenta además en su valor arquitectónico: “El edificio es singular por su arquitectura de clara influencia moderna con elementos ornamentales en su fachada principal propios del art Deco, en el se observa una composición volumétrica que jerarquiza el uso principal del inmueble el cual se retrae para configurar un volumen de dos niveles de destino comercial. En el cine O ́Higgins se distinguen elementos presentes en la arquitectura posterior al terremoto de 1939, como por ejemplo el techo oculto, la marquesina, ojos de buey y muros curvos”.
El cine O ́Higgins es parte del conjunto de grandes edificaciones que se construyen post terremoto de 1939, el cual destruyó casi por completo la ciudad de Chillán. El inmueble es uno de los ejemplos que da cuenta de la coincidencia existente entre la reconstrucción del Estado y el mundo privado, en una misma idea arquitectónica y de ciudad.
Los mandantes de la obra fueron los “Sres Menendez Hermanos”, que solicitaron diseñar un cine que lograra relacionarse de manera armónica con las construcciones del sector.