Señor Director:
Hace 30 años, cuando comenzó la masificación del uso de computadores, se cuestionó su uso como herramienta educativa y creo que hoy pasa lo mismo con la inteligencia artificial (IA), pese a sus aportes a nivel académico.
El debate generado por la aparición del chat GPT de Microsoft, es un reflejo de lo anterior. Lo nuevo, las herramientas desconocidas causan incertidumbre y se apuran juicios por el uso inmediato, sin reparar en las potencialidades predictivas y de enseñanza que pueden generar.
Soy un creyente de que la IA puede aportar mucho a la educación técnica profesional, ya que pueden usarla a su favor para aportar valor a su trabajo y a sus quehaceres diarios. La tecnología sigue un patrón que elimina los errores.
Gracias a esta nueva capacidad, se podrán desarrollar códigos libres de “bugs” (errores) lo que se traducirá en ciber-ambientes más seguros al detectarse rápidamente comportamientos extraños.
El desafío para las instituciones de educación superior consiste en enseñar bien el uso de estas herramientas como apoyo para formar técnicos y profesionales más eficientes y competentes. El paradigma a seguir es conocer bien esta tecnología, no rechazarla de plano.
Una vez aprendido todo su potencial, seremos capaces de transferir el conocimiento a los estudiantes y capacitar a los profesionales ya insertos en el mercado laboral.
José Miguel Bejide Barturen
Director de Escuela de Tecnologías Aplicadas IACC