Señor director:
La inteligencia artificial está transformando rápidamente la forma en que enseñamos y aprendemos en las universidades. Si bien trae consigo muchas oportunidades, también plantea desafíos éticos significativos. La automatización de tareas docentes puede mejorar la eficiencia, pero ¿a qué costo? ¿Estamos comprometiendo la calidad de la educación? ¿Se está generando una brecha entre el estudiante y el profesor?
Es necesario abordar cuestiones como la privacidad de los datos de los estudiantes, la equidad en el acceso a la educación y la responsabilidad de los algoritmos utilizados en la evaluación y toma de decisiones. Además, debemos considerar cómo la inteligencia artificial puede afectar la relación humana entre profesores y alumnos, que es fundamental para un aprendizaje significativo.
Insto a las universidades y al Ministerio de Educación a liderar esta discusión ética. Es crucial establecer marcos regulatorios y directrices claras que protejan los derechos de los estudiantes y promuevan una implementación ética de la inteligencia artificial en la docencia universitaria.
No podemos permitir que la tecnología avance sin tener en cuenta las implicancias éticas. Debemos fomentar la reflexión crítica y la participación de la comunidad académica en esta discusión. Solo así podremos aprovechar al máximo los beneficios de la inteligencia artificial sin comprometer nuestros valores fundamentales en la educación.
Dr. Daniel Sandoval Rivas Secretario de Estudios de Doctorado en Ingeniería USS