Señor Director:
Dicho hasta el cansancio, comprobado hasta la saciedad. El doble estándar en la sociedad chilena, todo trabajador
que se atrase en la asistencias diarias a su trabajo será, muy probablemente, despedido o como mínimo sancionado
y amonestado. En cambio, los señores parlamentarios si lo pueden hacer y ni se arrugan.
Ellos, los mismos que se apropiaron de la voluntad popular, pasando por encima de ella y ahora convocan a la
ciudadanía a un proceso constituyente, se ríen a carcajadas de quienes les financiamos sus generosos sueldos.
Anuncian modificaciones y control,
¿De aquí a cuántos años será esa modificación?
Juan Luis Castillo Moraga