Señor Director:
Una de las tantas enseñanzas que nos dejó la pandemia y las largas cuarentenas en las que nos vimos forzados a permanecer encerrados en nuestras casas, es que la educación de los niños y jóvenes requiere de una multiplicidad de elementos, que van más allá que impartir un contenido y repetirlo en una prueba.
La necesidad de socializar, compartir, opinar, debatir y dialogar es esencial para generar conocimiento. Porque ese es el objetivo del sistema educacional, generar conocimientos en los estudiantes, y esto no se basta con extenuantes horas de clase, con un currículum centrado en tener un buen resultado en el SIMCE o PAES.
Creo necesario que los establecimientos den un paso adelante en esta materia y permitan a sus estudiantes analizar los contenidos de forma integral, no solo por cumplir con las horas exigidas por el Ministerio de Educación.
Es incomprensible que a un estudiante no se le permita opinar o disentir de un contenido, o que las clases no puedan ser reemplazadas por charlas que presenten distintas perspectivas de un mismo tema. Creer que los escolares no pueden aprender así, es menospreciar sus habilidades y no fomentar su pensamiento crítico.
El pensamiento crítico y la capacidad de análisis son fundamentales para el proceso educativo, no tan solo para ser buen estudiante, sino que también para formar buenos ciudadanos. Negarse a recibir una charla o a participar de una conferencia con académicos de nuestras universidades locales, es negarles el conocimiento a sus estudiantes y, además, negarle la posibilidad de ser mejores ciudadanos.
Juan Francisco Reyes Santibáñez