Señor Director:
La palabra “orgullo” ha sido abusada, mal usada, aprovechada, maltratada, apoderada por una minoría. El orgullo ya no se siente orgulloso. Ha bajado de categoría, es menos importante que el orgullo de ver nacer un hijo, que el orgullo de criar un hijo, que el orgullo bíblico de crecer y multiplicarse.
Se ha perdido la satisfacción de sentirse orgulloso por acciones superiores. Hoy se sienten orgullosos de cualquier vanidad.
Alfredo Schmidt Vivanco