Señor Director:
Mucho se ha descrito la nocturna tragedia del 24 de Enero de 1939, y en estos 83 largos años se han superado aflicciones y logrado avances muy fecundos para mi Chillán. Ese amanecer del día 25, con el cálido sol estival iluminando el desastre, tal vez fué el instante de prueba del alma indomable de su gente, tantas veces golpeada pero jamás doblegada, soportando durante siglos terremotos, inundaciones, ataques feroces, muertes despiadadas, guerras, en fin, destrucción inimaginable que pocas urbes son capaces de resistir y superar en el tiempo.
Deseo homenajear a nuestros cada vez más lejanos parientes y amigos fallecidos en esa noche fatal y días posteriores, que sus familias reciban este saludo póstumo pues no deben ser olvidados, ya que su sacrificio fue la llave que abrió las puertas a la modernización de la ciudad, y como simple ciudadano, hago sincero reconocimiento al pocas veces mencionado Presidente de la República que se jugó entero por la honrosa recuperación de Chillán, don Pedro Aguirre Cerda, pues sin su decidido apoyo todo habría sido más difícil.
Finalmente, destaco los méritos de quienes hacen posible el progreso: desde aquellos que diariamente suman su anónimo esfuerzo laborioso, junto a quienes ocupan posiciones de autoridad; todos logran desarrollar avances notables, siendo ya la ciudad una flamante capital regional.
Espero que, entre otras iniciativas, el proyectado Museo Regional se pueda concretar. Encontré muy interesante la propuesta del arquitecto Claudio Martinez Cerda a cerca de la “musealización de la ciudad”. Además, propongo honrar al Presidente Aguirre Cerda, poniendo su nombre al Museo Regional. Lo merece sobradamente, ya que en su sobrio mausoleo del Cementerio General de Santiago no hay mención alguna de agradecimiento chillanejo por su vital aporte.
Francisco Reyes Martinez