Señor Director:
En 2020, sólo el 40% de los escolares tuvo acceso a educación a distancia (Mineduc 2020). Si evaluamos a los niños pertenecientes al quintil de mayores ingresos, este porcentaje aumenta al 89%, mientras que se reduce a sólo 27% en el caso de los niños del quintil de menores ingresos. Con estas cifras, no sólo se eleva el riesgo de la deserción escolar, sino que aumentan las brechas en la calidad de la educación y en el aprendizaje entre grupos socioeconómicos, generando consecuencias de largo plazo en términos de oportunidades de vida.
Mirando la evidencia y los riesgos en salud física, mental y emocional de los niños y jóvenes, es fundamental retornar lo antes posible a las clases presenciales, en la medida que las circunstancias sanitarias lo permitan. Para eso, además de asegurar la implementación de protocolos sanitarios, se requiere diseñar planes flexibles y dinámicos, que permitan adecuar la realidad de las diversas comunidades educativas a las nuevas exigencias sanitarias.
En momentos en que el Colegio de Profesores y algunos municipios está debatiendo prohibir en todo Chile el retomo a las clases presenciales, al menos hasta abril, independientemente de las condiciones sanitarias locales, es importante tener presente que no existe un escenario libre de riesgo. La suspensión de las clases presenciales tiene sus propios riesgos y hacemos mal en ignorarlos.
Francisca Matamala T.