¿La hora de los subalternos?
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La categoría de análisis sobre el “subalterno” o “subalternidad” deriva de los escritos de Antonio Gramsci, quien en “Notas sobre la historia de las clases subalternas” centra su mirada, de preferencia, en el actuar de los sectores obreros, urbanos e industriales. En relación a estos, el pensador sardo señala que su historia es más bien disgregada y episódica, así como una tendencia a la unificación.
Sin embargo, esa tendencia se ve alterada por la actividad que desarrollan los grupos dirigentes, por lo tanto, los grupos subalternos siempre sufrirán los embates de los grupos dominantes, incluso, “cuando parecen victoriosos, los grupos subalternos se encuentran en una situación de alarma defensiva”, agrega Gramsci,.
Durante los años setenta, un grupo de jóvenes historiadores sudasianistas, liderados por Renajit Guha fue más allá de la lectura de Gramsci para dar cuenta de la realidad y el levantamiento que experimentaron los campesinos en la India.
A partir de lo anterior, cabe preguntarse quién es o quiénes son los subalternos. Al respecto, el citado Guha señaló que la denominación subalterno dice relación o se expresa “en término de clase, casta, edad, género, ocupación, o en cualquier otra forma”; por otra parte, la subordinación debe entenderse en términos de una relación binaria, en la cual el otro es la dominación; en otras palabras, los grupos subalternos siempre estarán sujetos a la actividad de los grupos que gobiernan, incluso cuando se rebelan o sublevan, por ejemplo, lo que hoy en día estamos viviendo con las movilizaciones sociales.
El grupo de Estudios Subalternos se propuso como producción teórica, enfocarse en poder acceder en la reconstrucción de la llamada conciencia subalterna. En palabras del citado Guha, se trata de “escuchar las voces de la historia”; aquellas voces que han estado históricamente ocultas o invisibilizadas por las historias nacionales, estatales u oficiales. En otras palabras, los Estudios Subalternos, se proponen narrar la historia de aquellos sectores marginados y excluidos, con el objetivo de hacerlos “protagonistas y no meros instrumentos o receptores del Estado, el partido o el sindicato”.
Por otra parte, cabe hacer presente que una aproximación al estudio de los grupos subalternos implica entenderlos en sus particulares contextos históricos, sociales, políticos, económicos y culturales. Es decir, entender al subalterno como una condición de grupo dada en un contexto histórico determinado y donde, además, estos sectores no son homogéneos, constituyendo de esta forma distintos niveles de subalternidad dentro de ellos mismos.
En consecuencia y a partir de lo señalado en líneas anteriores, cabría plantearse si las constantes y masivas movilizaciones, las jornadas de protestas y los actos disruptivos y de transgresión no vendrían siendo otra cosa que la manifestación más evidente de que estamos ante la hora de los subalternos, la cual se puede resumir en la siguiente afirmación: allí donde los sectores dominantes (hegemónicos) señalan “perturbación de la tranquilidad pública”, los grupos subalternos dirán “lucha por un orden mejor”.