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En su undécima visita del año a la Región de Ñuble, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, analizó la preocupación que existe entre los regantes por la discusión del Código de Aguas en el Congreso y por los escenarios que se abren en el futuro debate constitucional sobre la propiedad privada de los derechos de aprovechamiento de agua.
-¿Hay preocupación por el futuro de la propiedad de los derechos de agua? Se lo pregunto por el debate constitucional que se avecina.
-Estamos discutiendo, dialogando, respecto del nuevo Código de Aguas, eso está alojado en la comisión de Agricultura del Senado, y ahí estamos hablando de tres principios fundamentales: el agua como bien nacional de uso público, donde se le dé la primera prioridad al consumo humano; en segundo lugar, no a la especulación, el agua es para quien la ocupa con un fin productivo, llámese agricultura, industria, minería, etc.; y lo tercero es que tiene que haber un rayado de cancha muy claro para administrar bien el agua, eso es lo clave. En Chile, es verdad que en el pasado se ha especulado con el agua, y eso no es bueno para la administración de agua y no es bueno para la agricultura, porque la agricultura demanda el 75% del agua, que la transforma en alimentos, y tiene un fin productivo, social, económico y medioambiental. Entonces, yo quiero hacer un llamado al diálogo, el agua hay que administrarla con mucha justicia y hay que oír a la agricultura.
-¿Y qué pasará con la Constitución?
-Bueno, probablemente en la Constitución también se va a colocar el tema, porque hemos visto que entre las prioridades de la gente el agua siempre aparece entre los 10 primeros. No hay que tenerle miedo a discutir sobre el agua, porque la gente también quiere alimentos. Tenemos que hacer un cambio de switch, porque el agua antes era un bien abundante y hoy es escaso, y tenemos mayor demanda de agua, entonces, hay que administrarla cada día, en forma más profesional.
-¿Cree usted que en la discusión de la nueva Constitución habrá tres quintos que se inclinen por mantener la propiedad privada de los derechos de agua?
-Son temas que van a venir, yo no me quiero adelantar…
-Pero los regantes están preocupados.
-Sí, estamos todos preocupados, pero hay que tener una discusión técnica, no ideológica. No hay que politizar este tema. Chile tiene agua, lo que es una buena noticia, la mala noticia es que tenemos una infraestructura de riego muy precaria, entonces, hay que participar, hay que meterse, por ejemplo, ¿por qué no tener como asambleísta a una Margarita Letelier? Si nos preocupa tanto el agua, metámonos en el debate del agua, es fundamental, ¿por qué vamos a dejar nuestras banderas a otras personas que no tienen ninguna relación con la agricultura? El llamado que yo hago es a la agricultura, a los que hemos vivido generaciones en regiones, a meternos en el tema para tener una discusión técnica y no ideológica.
-Pero en la comisión de Agricultura del Senado todo indica que el debate ha sido ideológico, al menos en las votaciones el resultado siempre es el mismo, y todas las indicaciones del Ejecutivo han sido rechazadas por los tres votos de la oposición y apoyadas por los dos votos del oficialismo.
-Sí, nosotros estamos conversando con ellos. Hemos conversado con Yasna Provoste, con Adriana Muñoz y con Álvaro Elizalde, que son mayoría, pero fíjese que nos hemos dado cuenta que en muchos principios estamos de acuerdo, en los tres principios que le mencioné estamos de acuerdo. Les hemos pedido que los artículos más polémicos no los votemos hasta conversarlos, porque ellos también son representantes de zonas agrícolas y también tienen que velar por la justicia en la distribución del agua, como todos nosotros, y eso es lo que viene ahora: una etapa de mucho diálogo, de muchas negociaciones, pero los agricultores no nos podemos quedar callados, así es que tenemos que participar de la discusión.
-Quienes plantean que el agua no debiese ser privada le quieren dar un rol más activo al Estado en su administración, algo novedoso si se considera que desde el siglo XIX ha sido administrada por privados. ¿Es posible un escenario donde el Estado tenga que asumir ese rol?
–Es impracticable, porque quien mejor distribuye el agua son las juntas de vigilancia, las asociaciones de canalistas y las comunidades de aguas subterráneas. El agua es un bien nacional de uso público, y se le otorga un derecho de aprovechamiento al privado. ¿Por qué? Porque el privado hizo 150 mil kilómetros de canales, hizo las bocatomas, los marcos partidores, los revestimientos, etc. El agua, mientras está en el río, es del Estado, pero el Estado le dijo al privado “ayúdeme a distribuir el agua, haga usted las obras de distribución de agua”. Y después llegó el SII y le dijo al agricultor: “usted ya tiene una tierra con agua, por lo tanto, me tiene que pagar contribuciones de mayor valor”. Entonces, el privado también, a través de estos impuestos, contribuyó a hacer las obras de distribución. Por eso decimos que el agua es una alianza público-privada, que yo creo que es la correcta y es la que tenemos que defende