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Este jueves se realizaría el encuentro cara a cara entre el exobispo de Chillán, Francisco José Cox, y sus víctimas. Sin embargo, el demandado, acusado de abuso sexual contra menores, no llegó a la cita por una supuesta descompensación.
Una de las víctimas es oriunda de la región de Ñuble. Se trata de Abel Soto, quien denunció los abusos cometidos por Cox entre los años 1975-1980, mientras era acólito de la Parroquia San Bernardo, en la comuna de Chillán Viejo.
Según informó Cooperativa, la diligencia iba a estar a cargo de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales de la PDI y el exsacerdote, a quien el Papa Francisco le quitó el estado clerical, estuvo en una de las salas del Poder Judicial en pero la audiencia fue suspendida por la situación ocurrida.
Un par de semanas atrás, la defensa de Cox anticipó que no estaba en condiciones mentales para presentarse a la audiencia debido a la supuesta demencia senil que padece.
El otro denunciante, Hernán Godoy, afirmó que este hecho “da más fuerza para no decaer”. No obstante, aclara que “hubiera sido muy bueno poder tenerlo en frente y decirle las cosas, pero esperamos en unos meses más poder retomar esto y haya una segunda oportunidad y de esa no se escape”.
La nueva audiencia quedó fijada para marzo de 2020.