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Vecinos que viven en el sector de Bustamante, en la comuna de Coihueco, manifestaron su preocupación por la manera en que se estaría ejecutando el traslado de cerdos desde el plantel Santa Josefina, de la empresa de capitales locales Agrícola y Frutícola Veneto, a otro predio cercano, tras la clausura decretada por la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA).
Según expuso a LA DISCUSIÓN el vecino del sector, Rodrigo Reyes, la firma propietaria del recinto clausurado está derivando los animales hacia un sector mucho más cercano a las casas, lo que eventualmente estaría contraviniendo las normas de cierre a las que se comprometió y que están siendo fiscalizadas por la SMA.
Luego de un dictamen del Tribunal Constitucional (TC) que declaró inadmisible un recurso de inaplicabilidad de la clausura por inconstitucionalidad, los ejecutivos de la empresa cedieron a un camino de salida consensuada con la Superintendencia de Medio Ambiente.
De esta manera, terminó un proceso que se extendió por más de un año y comenzó el término de giro de la entidad, el que está siendo fiscalizado por la SMA y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
Si bien el proceso de cierre está siendo controlado por entidades estatales, los vecinos mostraron su insatisfacción por la forma en que se materializa, planteó la comunidad,
La empresa Agrícola y Frutícola Veneto Ltda., dueña del plantel de cerdos Santa Josefina, reclaman dirigentes, “está construyendo camas calientes para la crianza de cerdos en la Parcela Nº 18 de Bustamante, la que está ubicada aproximadamente a 500 metros de las casas de la Población Manuel Rodríguez de la comunidad de Bustamante, y a menos de 20 metros de los cauces de agua (canal, vertiente, río) que es el elemento vital para la vida diaria de sus habitantes”.
Según información de Rodrigo Reyes, los vecinos de Bustamante “se enfrentan a una situación similar a lo ya vivido por 14 años (2005-2019) con esta misma empresa a causa de su plantel principal de cerdos ubicado a tres kms. de su comunidad, y que hoy está en proceso de cierre por incumplimientos y causar serios problemas ambientales”. Esta empresa, subrayó, “está colocando a menos de 500 metros de la población de esta comunidad una nueva crianza de cerdos, lo que es muy angustiante para sus pobladores e impensable es para ellos volver a repetir este sufrimiento vivido por la contaminación (aire, suelo, agua) y por los malos olores que ha provocado este plantel para esta comunidad, que ahora traerá mayores problemas de salud a los vecinos, niños y ancianos, por su cercanía”.
Además, la comunidad reclama que el nuevo sitio al que llevarán animales, “contaminará las aguas con las que riegan sus cultivos, y que muchos de ellos son orgánicos, siendo su mayor sustento económico. Con esta crianza de cerdos en camas calientes se verán afectados en su producción y comercialización, perjudicando la escasa economía con la que viven y logran suplir sus necesidades básicas”.
En la experiencia anterior, explica Reyes, “cuando estuvo abierto ilegalmente por 14 años el plantel principal de esta empresa, la calidad de vida de estos pobladores fue dañada grandemente por mucho tiempo, y nuevamente estamos siendo víctimas de revivir esos momentos tan angustiosos y dolorosos de malos olores y de la contaminación en los cauces de agua y napas subterráneas. No comprendemos cómo las autoridades permiten que ahora tan cerca de sus casas esta empresa coloque una crianza de cerdos, y que nada y nadie se los impida”.
Los vecinos de Bustamante, remarcó el dirigente, “desean que sean resguardados nuestros derechos de vivir con dignidad y con calidad de vida”. Por lo mismo, piden ayuda urgente a todos los que quieran darle una mano amiga, para impedir que se instalen esas camas calientes tan cerca del patio de sus casas.
Monitoreo
En tanto, el encargado de la Oficina Regional de la Superintendencia de Medio Ambiente, Cristian Lineros Luengo, recalcó que están monitoreando el tema y han realizado visitas a terreno para corroborar que la empresa cumpla con el cierre completo de sus actividades en el plantel clausurado.
El ingeniero civil industrial agregó que en el explantel no existen nacimientos, no hay machos reproductores en el predio de la empresa y se debe resguardar que los animales sean transferidos a otros lugares, vendidos o derivados a plantas faenadoras.
El plazo para cumplir con el cierre definitivo concluye el 31 de marzo de 2020 y existe un plan de trabajo que está en marcha y que están analizando con los vecinos.
Hay un tema que la empresa debe cumplir y se refiere a que los traslados deben ser visados por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), para lo cual existen guías que deben ser cumplidas.
“Tuvimos una reunión con vecinos que nos plantearon la misma inquietud (el traslado a otro plantel). Lo importante es saber cuál es la capacidad de este tipo de pabellón; si caben más de 750 animales sobre 25 kilos debería tener evaluación ambiental antes de operar”, destacó Lineros.
El profesional agregó que “del emplazamiento específico no tengo antecedentes, lo importante es saber que cualquier animal que llegue, sí o sí debe venir con formulario de movimiento del SAG autorizado”.