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Un fruto que puede atacar una bacteria en el estómago, un semáforo que mide el ruido y un cargador de celular en base a energía solar son parte de los proyectos que este martes alumnos de establecimientos municipales presentaron en Chillán.
Como es sabido, la ciencia ha permitido a las personas superar enfermedades, adaptarse al medio ambiente y conocer el mundo que los rodea.
Bajo ese concepto se desarrolló 4° Feria de la Ciencia y Tecnología: “Chillán, Cuna de Científicos”, impulsada por la dirección de Educación Municipal a través de su departamento de Informática Educativa.
Los estudiantes de 25 unidades educativas forman parte de la actividad, donde también participaron la Universidad de Concepción, Universidad del Bío Bío, Universidad Adventista, “Todo Ñuble Cuida el Agua”, Par Explora Ñuble, Medio Ambiente Municipal, además algunas empresas vinculadas al ámbito tecnológico.
“Más de 20 colegios tenemos acá participando en esto por lo que es una muy buena señal de que hay futuro en Chillán, en esta región, por lo que en la medida que nuestros jóvenes tengan cultura y educación evidentemente el futuro será más promisorio”, dijo el director del Daem, Nelson Marín Ávila.
En la actividad estuvo presente una delegación de Uruguay, encabezada la gestora de Cultura Científica de Colonia perteneciente al Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, María del Carmen Andrioli, quien valoró el trabajo que realizan las universidades con la educación munipal.
“Realmente muy interesante, lo que tienen es muy potente, la posibilidad que tienen ustedes de potenciar y de coadyudar a las escuelas primarias y secundarios con los proyectos de extensión de las universidades. Eso es un plus que le agregan porque lo tienen aquí, cercano. Y ví que muchos proyectos se conjugan”, sostuvo.
Los proyectos
Chillán tiene mentes brillantes y una de ellas es Tifani Sánchez de la Escuela Juan Madrid Azolas con el proyecto de “Semáforo Sonoro” que mide la contaminación acústica, responsable de la pérdida de audición.
Se compone en base a placas, luces led, cables, un computador y micrófono.
“Capta los sonidos más altos que están en el ambiente, sonidos entre 150 y 1.000 decibelios. Cuando hay una voz muy grave cerca del micrófono, inmediatamente se activa el color rojo. En verde el ambiente está bien y en rojo está mal y puede ser dañino. Estamos pensando en instalarlos en las salas de clases para que los alumnos presenten atención y no descuidemos el medio ambiente”, explicó la menor.
El fruto del canelo, la baya, puede frenar la generación de la bacteria responsable de causar úlceras y cáncer gástrico, lo que fue comprobado en el proyecto del Liceo Pacheco Altamirano de Chillán Viejo.
“La Helicobacter pylori es una bacteria que afecta al 80% de la población y está relacionada con el cáncer gástrico. El 75% de las personas con este tipo de cáncer tienen esta bacteria que se adquiere en mayoritariamente en la niñez por aguas contaminadas, alimentos, heces, vomito y saliva. Nuestro proyecto trató de hacer una caracterización química de las bayas del canelo para saber sus compuestos y en qué podía beneficiar para inhibir la enzima Anhidrasa carbónica que hace sobrevivir la bacteria”, sostuvo la estudiante Maricamen García.
Otorgar soluciones eficientes en base a energías renovables es el objetivo del proyecto de los alumnos de la Escuela Arturo Merino Benítez, quienes crearon un cargador en base a energía solar.
“Queremos generar en nuestros alumnos conciencia del uso de energía renovable, que son a favor de nuestro planeta, por eso decidimos ocupar la energía solar para crear un cargador de celular. Compramos paneles solares e hicimos una conexión en serie para poder obtener la cantidad mínimo que son 5 amperes para cargar el dispositivo móvil”, explicó la profesora Evelyn Rubilar.