A la espera del subsidio para lograr la casa propia se encuentra Angélica Reyes, presidenta del comité de vivienda Villa La Palmera de Coelemu, quien es parte de la cifra de déficit de viviendas que entregó el Minvu, ya que es una de las 9.239 familias que están actualmente a la espera de sus casas o departamentos en Ñuble.
Angélica detalló: “Desde el 2011 luchamos por nuestra vivienda, somos 174 familias. Venimos desde la administración (municipal) pasada y ahí se nos cerraron muchas puertas y no pudimos prácticamente avanzar nada en nuestro objetivo”.
Precisó que actualmente han podido avanzar. “Estamos en una etapa importante, ingresamos la carpeta para el Subsidio de Localización, luego vino Serviu a certificarnos y estamos a la espera que entre miércoles y jueves de esta semana debiéramos tener la aprobación por parte del Serviu para obtener la calificación y estaríamos listos para ingresar al segundo llamado de este año y conseguir el financiamiento”, narró con optimismo.
El alcalde de Coelemu, Alejandro Pedreros, confirmó la gestión. “Efectivamente hay comités que están constituidos desde hace más de 20 años. El comité La Palmera en su minuto postuló sin proyecto y estuvo calificado, pero en ese tiempo la postulación era distinta; no era necesario tener el proyecto formal para postular a los recursos. A más tardar en junio debieran ingresar formalmente al banco de proyectos del Serviu. Nos vimos en la necesidad de solucionar una serie de problemas que nadie en su momento pudo predecir que iban a pasar”, relató.
“Hoy está todo saneado, ingresaron al subsidio de localización y estamos esperando para ingresarlo formalmente al proceso de postulación”, aseguró el jefe comunal.
Carlos Urrestarazu, seremi de Vivienda para Ñuble, aclaró respecto a los comités que “hay varios proyectos que están calificados y otros no, están en diferentes etapas del proceso. En general en los comités de vivienda hay muchos que llevan un largo tiempo a la espera, 15 ó 20 años. Sucede porque cuando se conforman comienzan sus gestiones sin ayuda, se acercan a los municipios o seremías, donde comienzan su trabajo, luego buscan una entidad patrocinante que es la que finalmente elabora el proyecto y los encauza en el abanico de posibilidades de subsidio que existen en el ministerio, de acuerdo a la realidad social y económica del grupo”.
“Serviu, que es la parte ejecutora, es la que revisa técnicamente el proyecto que pasa por distintas observaciones hasta que está técnicamente aprobado, está calificado y una vez que tiene la calificación definitiva ese comité queda la espera del llamado, donde hay tres o cuatro durante el año para la asignación de recursos. Es ahí cuando finalmente se les entregan los subsidios que se materializan familia por familia y que en su conjunto dan el pozo para la construcción de todo el proyecto”, aclaró la autoridad.
Falta de viviendas
En relación a los déficit habitacionales de Ñuble, el seremi explicó: “tenemos un déficit cualitativo y uno cuantitativo. El cuantitativo es el número de viviendas que faltan, es decir cuántas familias no tienen vivienda. Se marca a través del Censo y la carencia de viviendas en la regiones de 9 mil y fracción”.
Respecto del déficit cualitativo, “es la necesidad de mejoramiento de las viviendas ya existentes, las que están en mal estado, aún tienen techos de asbesto cemento, que necesitan ventanas nuevas, y eso es un número mucho mayor”.
“Nuestro presupuesto año a año lo hacemos para poder ir combatiendo los déficit. Sabemos que es muy difícil tener un déficit de cero, porque las familias van creciendo año a año. Por ejemplo, en el déficit cuantitativo vemos que en nuestra región se manifiesta en las zonas rurales, por eso el presupuesto del año 2020 tiene un carácter de prioridad en la aplicación de recursos en la zona rural”, destacó el seremi.