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Señor Director:
De los resultados de los plebiscitos constitucionales se puede concluir que la mayoría de los chilenos quiere hacer mejoras al modelo político-social-económico que ha imperado en nuestro País por los últimos 40 años, pero sin romper la lógica de este, la cual se basa en una economía capitalista competitiva abierta al mundo, la de un Estado subsidiario y el respeto a la propiedad e individualidad de las personas por sobre grupos o el propio Estado.
El proyecto de reforma al sistema de pensiones del actual gobierno viola varios de los principios anteriormente mencionados por ejemplo el 6% impactara en la economía igual que un impuesto al trabajo elevando el costo operativo de las empresas haciéndolas menos competitivas. O cargar a los trabajadores formales el costo de las pensiones de los trabajadores informales, lo que significa que el Estado no se responsabiliza de estos últimos, rompiendo el principio de subsidiaridad e incentivando la informalidad.
Tal vez la solución, al problema previsional, es premiar e incentivar la formalización del empleo y el acato de las normativas vigentes, para terminar con la discriminación entre los que respetan a la autoridad y los que no.
Todo esto para volver al círculo virtuoso ―que generan las AFP’s― de trabajo, ahorro, inversión y crecimiento económico de nuestro País, el cual generara mas oportunidades a las personas y de cierta forma cumplirá con el anhelo marxista de que los trabajadores sean los dueños de los medios de producción ―con incentivos económicos mejores que en las economías centralmente planificadas―, ya que actualmente en Chile lo fondos pensiones son de US$220.000 millones que equivalen al 80% del PIB de nuestro país.
Francisco Contreras Jeldres
Agricultor e Ingeniero Civil Agrícola