Paulatinamente comenzó el retorno presencial de niños y niñas que asisten a los establecimientos de educación parvularia.
La semana pasada reabrieron 827 salas cuna y jardines infantiles a nivel nacional y recibieron a más de 12 mil infantes.
En la Región de Ñuble, 50 jardines infantiles pertenecientes a la Fundación Integra abrieron sus puertas, con una asistencia cercana a los 600 niños y niñas en atención presencial en todo el territorio regional.
El retorno de los niños y niñas se realiza aplicando todas las medidas de seguridad y al igual que en marzo, puede ser gradual y/o voluntario. Es decir, los padres y cuidadores de niños y niñas podrán optar por enviarlos a los establecimientos o mantener un Plan de Educación a Distancia.
José Manuel Ready, director ejecutivo de Fundación Integra, sostuvo que “la presencia de los niños y niñas en los establecimientos de educación parvularia es esencial para el desarrollo de su proceso de aprendizaje, ya que cumple un rol fundamental como espacio de contención, socialización, aprendizajes y lugar de encuentro”.
La directora regional de la Fundación Integra Ñuble, Cecilia Aguilera, destacó la apertura de todos los jardines infantiles en la región. “Tenemos la seguridad de que la educación presencial y la experiencia educativa que reciben niños y niñas en los jardines infantiles no se puede sustituir. Por ello hemos hecho todos los esfuerzos por abrir todos nuestros establecimientos, para atender a la mayor cantidad de los niños y niñas que lo requieran”.
Desde la institución afirmaron que se han preocupado de entregarles a los padres y apoderados la información necesaria, respecto a los protocolos de seguridad, para que puedan enviar a sus hijos con tranquilidad.
Consecuencias del encierro
El servicio de Fonoinfancia de Fundación Integra (800200818), ofrece atención psicológica no presencial y gratuita, dirigida a acompañar a los adultos responsables del cuidado y protección de niños y niñas.
Alicia Varela, jefa del Departamento de Promoción de Fonoinfancia, explicó que desde que comenzó la pandemia, las consultas sobre conductas socioemocionales de niños y niñas, relacionadas con tristeza, retraimiento y autorepoches, aumentaron en un 21 % entre 2019-2020. Mientras que las consultas sobre estados emocionales de niños/as provocados por pérdidas significativas y ausencias prolongadas de familiares y amigos, crecieron en un 20%.
“Al hablar de salud mental en niños y niñas es importante relevar cómo la restricción a la movilidad social los ha situado -por un tiempo considerable- en el espacio reducido de sus hogares, afectando con ello la socialización, el juego, el encuentro con sus pares y adultos, los aprendizajes, el movimiento del cuerpo y las emociones, así como las distintas posibilidades de disfrutar y aprender con otros”, explicó la psicóloga.