Si bien aún el proyecto de las “40 horas” no cuenta con luz verde para su puesta en marcha, hay empresas que se han adelantado a la discusión parlamentaria y han optado por reducir la jornada laboral de 45 a 40 hrs.
En Chile más de 800 organizaciones se han certificado con el sello “40 horas”, de ellas dos corresponden a la Región de Ñuble.
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Se trata de Centro Carnes Quillón y Soquipra Ltda, de Chillán Viejo, empresas que voluntariamente decidieron adoptar de manera definitiva el nuevo horario.
Desde la perspectiva de los trabajadores, la decisión ha generado un impacto positivo en la calidad de vida, mientras que los empleadores destacaron que la productividad no se ha visto amenazada por los cambios implementados.
Hace 10 meses Rodolfo Pérez trabaja en Soquipra, empresa encargada de elaborar productos de la línea automotriz como desengrasantes, siliconas, anticongelantes, entre otros. Es operario de bodega y está a cargo de la fabricación de detergentes. Al igual que el resto de sus compañeros ingresa a las 9.00 y sale a las 18.00 horas del trabajo, incluyendo la hora de colación, de lunes a viernes.
El cambio de horario fue aplaudido por Rodolfo, ya que le ha permitido disponer de más tiempo para cuidar a su hermana, de 75 años, quien depende de sus atenciones para sobrellevar su delicado de salud.
“Me sirve un montón porque estoy al cuidado de mi hermana mayor que no es postrada, pero ella no se mueve ni para los temblores. Tiene hipertrofia arterial y diabetes. Tiene 75 años de edad, pero está desgastada por las enfermedades. Ella vive conmigo en Rosita O’ Higgins, porque soy el único hermano y yo soy el que está usufructuando en la casa familiar. Entonces, ella como también tiene derecho y no tenía donde irse, llegó a mi casa. En vista de eso, a mí me favorece montones, porque tengo que estar a las 20.00 horas en la casa para darle su cena. Aparte con la edad uno ya no rinde lo mismo. Es muy diferente a rendir 48, 45 a 40 horas. Me sacó el sombrero frente a mi jefe, porque tuvo la idea de rebajar la jornada y no se ha visto en desmedro la producción”, sostuvo.
A sus 57 años la reducción horaria ha sido una oportunidad para destinar más tiempo para la familia y descansar, a diferencia de lo que le ocurría en el pasado, cuando sentía que vivía más bien para trabajar. Rodolfo contó que resistió la jornada de las 48 horas gracias a su juventud, pero ahora cualquier cambió que permita equilibrar el trabajo y la vida personal es bienvenido.
“Es muy importante acortar la jornada, sobre todo para darle importancia a la familia, porque de acuerdo a mi experiencia del año 88, en lo laboral, uno vivía en función al trabajo cuando teníamos 48 horas semanales. Tenía un sistema de turnos, donde los empleadores se pasaban de listos, teníamos que trabajar sábado por la noche y al otro día parte de nuestro festivo domingo, y teníamos que volver el lunes, no cumplían con el descanso semanal. Uno vivía en función de la pega y como era sistema de turnos, era extenuante y te iba cambiando la rutina día a día, dormía una semana de día, otra semana de noche. Era agotador, agobiante. Uno era joven y podía soportar todo eso”, recordó.
Aumento de productividad
Para Rodolfo la disminución de las horas laborales será un factor determinante para quienes aspiran conseguir un empleo, por esta razón, hasta ahora, se proyecta en su empresa y espera jubilar en ella. “Obviamente que uno en función del dinero se enfrenta al mundo laboral, pero sí hay más garantías de las que hay, uno las considera. Por ejemplo; ya trabajar cinco horas menos a la semana es importante. Sobre todo llegar temprano a la casa, porque eso es lo que uno añora”, añadió.
Al mando de Soquipra está Mario de La Fuente, quien confesó que al inicio fue reticente a bajar el horario laboral a 40 horas por miedo a perder productividad. Sin embargo su hija, administradora del negocio, lo llevó a tomar la delantera en el tema, destacando que no fue necesario contratar personal adicional ni rebajar el sueldo de los nueve trabajadores.
“Esto fue hace cuatro meses atrás, voluntariamente lo hicimos porque la ley aún no se aprueba, pero consideré que era una buena forma de motivar y darle un beneficio a la gente que trabaja con nosotros. Con mucho miedo eso sí por el tema de la producción. Tuvimos una reunión con todos para conversar sobre el tema y probamos con un anexo de contrato por 30 días y después se volvió con la misma figura por 30 días más con el compromiso de que si la producción bajaba esto no podía ser”, explicó.
A la luz de su experiencia Mario constató que los cambios mejoraron los rendimientos y se eliminaron los “tiempos muertos” de sus colaboradores, quienes cuentan con un anexo de contrato de 40 horas de carácter indefinido.
“Para sorpresa mía la producción no solo se mantuvo, sino subió un poco. Hasta el día de hoy la producción no ha bajado en lo absoluto para nada y con eso la gente trabaja más contenta, tiene más disponibilidad de tiempo para ellos en lo personal. Ha sido una buena experiencia”, valoró.
“Como ellos saben que hay un compromiso que no puede bajar la productividad, se esfuerzan por tener la productividad del día a las seis de la tarde y no a las siete. Entonces esa diferencia de una hora diaria en producción se refleja al final de la semana en productos terminados. De esa forma se ha motivado para cumplir más rápido con sus compromisos y se olvidaron del cafecito, de ir al baño a ocupar el teléfono, que finalmente son tiempos muertos y que si uno los va sumando a la semana es harto tiempo que se pierde”, añadió.
Además de ser dueño de Soquipra, Mario de la Fuente es presidente de la Cámara de Comercio de Chillán Viejo, lo que le ha permitido tener una visión más amplia de las implicancias de “40 horas” en el resto de las empresas.
“Para rubros como el nuestro es medianamente fácil poder implementar un sistema como este, pero sí entiendo que hay otros rubros en los cuales se hace bien complejo el tema, porque hay empresas que son muy chiquititas, que dependen de uno o dos trabajadores, y el bajar las horas para esos negocios puede significarles el tener que contratar otra persona. En el caso de las empresas más grandes o medianas, pasa el mismo efecto, o sino puede suceder que tengan que modificar los turnos de trabajo para poder implementar de buena manera este sistema. Si bien es cierto a la larga todo se van a tener que, si la ley sale, adaptar de alguna forma, para algunos rubros va ser más complejo que para otros”, analizó.
Equilibrio de roles
Hace un año Centro Carnes Quillón abrió sus cortinas por primera vez. Ahí trabajan cinco empleadas. Una de ellas es Angélica Caico, quien cumple funciones de cajera. A sus 36 años es madre de dos hijas, una de 19 y otra de cinco. Fue justamente por ellas que decidió optar por un empleo que le permitiera compatibilizar sus funciones de trabajadora y dueña de casa. Antes trabajó en una panadería por tres años, donde tuvo que renunciar por el horario más extenso.
Al igual que el resto de sus compañeras, la joven quillonina se desempeña en un sistema de turnos rotativos, de 8.30 a las 14.30 horas o de 14.00 a 20.00 hrs.
Desde su visión la experiencia ha sido beneficiosa, ya que ha permitido optimizar los tiempos para desempeñar los distintos roles del día a día. “Maravilloso como mamá y dueña de casa, porque me ayuda en todo sentido. Uno tiene más tiempo libre al salir temprano. A las 8.30 es un horario cómodo donde puedo enviar a mi hija al jardín, después la ve una tía, pero es un ratito, porque salgo a las 14.30 horas. Súper bien, porque uno anda más relajada, más tranquila. Viene por ejemplo a trabajar en la mañana y después uno tiene toda la tarde libre. Ahora que las tardes son más largas, tengo tiempo de hacer las tareas con ellas, de salir”, detalló.
Para Angélica el cambio de horario también ha sido positivo porque las trabajadoras se sienten más comprometidas con sus tareas diarias en reconocimiento a las mejores condiciones laborales.
“Por el tema que a veces hay muchos tiempos muertos, como se dice en buen chileno, se saca la vuelta y cuando son menos horas se ocupa mejor el tiempo. Y uno como trabajador, como tienes menos horas, le pone más empeño, en tratar de hacer las cosas mejor”, subrayó.
Paola Monsalve, a cargo de la carnicería, relató que la modificación horaria, en su caso a 36 horas, no ha afectado el funcionamiento del local.
“Nos empezamos a dar cuenta que sí podía funcionar, porque era un local que abría a las 8.30 horas y cerraba a las 20.00 horas, de lunes a sábado. En marzo decidí hablar con el contador y hacer un convenio. Ellas pensaban que les podía descontar las horas que no trabajaban, y yo le dije que no, porque el contrato era uno, independiente de que se trabajara menos, el sueldo iba a ser el mismo. En marzo decidí hacer un anexo del contrato donde quedara estipulado el acuerdo. Son seis horas diarias 6 x 6 son 36. Eso no ha producido ninguna merma, ni se ha dejado de hacer el trabajo como se hace estando las 7 horas y media. Lo único que queda es más tiempo libre para el colaborador que lo puede distribuir en lo que estime conveniente, familia, ocio”, precisó.
Gradualidad
Desde la Seremi del Trabajo aseguraron que es factible la implementación en la Región de Ñuble del proyecto de “40 horas”, que se encuentra en el Senado.
“A nivel nacional, más de 800 empresas han decidido certificarse con el ‘Sello de 40 horas’, iniciativa impulsada dentro de las estrategias para la reducción de la jornada laboral. El 90% de estas corresponden a empresas de pequeño y mediano tamaño. La matriz productiva de Ñuble se compone principalmente por esta caracterización, lo que en cierta medida nos indica que sí es posible implementar la medida”, dijo la seremi del ramo, Natalia Lépez.
Asimismo, indicó se debe apuntar a avanzar progresivamente en la disminución del horario laboral para no afectar la productividad.
“Uno de los principios orientadores de las indicaciones a la reducción de la jornada laboral es la gradualidad. Esto con el objeto de no generar un impacto económico desfavorable en donde se vería afectada directamente la productividad. Bajo esa premisa, la propuesta de nuestro gobierno indica que la reducción debe ser de forma escalonada y se establece de la siguiente manera: primer año de la publicación de la Ley, reducción a 44 horas, tercer año a 42 y quinto año de publicación de la ley, 40 hrs.
El presidente de la Cámara de Comercio de Chillán, Alejandro Lama, expresó que comparte la idea de que la propuesta sea adaptada en un tiempo razonable y gradual, aunque advirtió que hay que atender ciertas particularidades de algunas empresas.
“Es factible siempre y cuando sea aplicado en un tiempo razonable, por ejemplo ir reduciendo de una hora por año y así tener al comienzo del cuarto año las 40 horas. Para las pymes del comercio tradicional de vitrina, está gradualidad no afecta. No pasa lo mismo con aquellos que son empresas productivas, que se verán muy afectadas por cuanto deberán asumir costos extras para mantener la producción o la atención de público; por ejemplos, aserraderos, industrias, etc y de servicios como sevicentros”, expuso.
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