El ministerio de Obras Públicas está próximo a dar un nuevo paso para licitar la concesión de la ruta que une a las capitales de las regiones de Ñuble y Biobío, cuyo contrato lleva ya más de 20 años y vence definitivamente en 2023.
Para definir las características que deberá tener la Autopista del Itata en el futuro, la entidad estatal convocó a un concurso de antecedentes para realizar el estudio integral de aquella, el que tiene un presupuesto global de $2.100 millones.
Según antecedentes del organismo estatal, la Ruta 152 es la vía principal de la actual concesión denominada “Acceso Norte a Concepción” y es un eje estructurante del territorio nacional que conecta las zonas de Chillán y Penco en las regiones de Ñuble y del Biobío respectivamente.
Esta concesión está compuesta por 75,12 km de la Ruta 152 y 14,11 km de la Ruta 158 Ramal Rafael. Genera, según el MOP, impactos positivos que favorecen en forma directa a las comunas de Chillán, Chillán Viejo, Ránquil, Florida, Tomé y Penco, potenciando el desarrollo de centros productivos y mejorando la conectividad de toda la zona, fortaleciendo así la actividad comercial del sur del país.
La entidad expone que “el desarrollo de los últimos años hace necesario,para una nueva concesión, complementar la infraestructura existente y mejorar el nivel de servicio de la actual concesión ‘Acceso Norte a Concepción’, la cual se encuentra operando bajo el régimen de concesiones por más de dos décadas, y cuyo plazo se extingue en el año 2023”.
Como consecuencia de los cambios que han ocurrido en dos décadas de operaciones, “se deben definir las nuevas condiciones en que se relicitará la actual concesión “Acceso Norte a Concepción”, para lo cual es necesario desarrollar una serie de estudios base referidos a Ingeniería, Demanda y Evaluación Social, Expropiaciones, Territorial con Participación Ciudadana, Asuntos Indígenas y Ambiental”.
Peticiones
Entre los requerimientos que han surgido, se cuenta la necesidad expuesta por el alcalde Felipe Aylwin, de Chillán Viejo, de iluminar todo el sector del enlace Pablo Neruda para adecuarlo a los requerimientos de seguridad actuales.
En el caso de Ránquil, el alcalde Benito Bravo solicitó formalmente un paradero en el kilómetro 27 de la ruta y además la construcción de un enlace en el kilómetro 35 de la vía.
En el listado de obras por ejecutar requeridos por las comunidades aparece la construcción de un “área de ventas” para que la comunidad de Quinchamalí presente sus productos.
El Seremi de OO.PP., Cristóbal Jardúa Campos, indicó que a través de la “Dirección de Concesiones hoy estamos licitando los estudios de ingeniería para definir el proyecto referencial que luego permitirá la licitación de la nueva concesión de dicha ruta. En esta licitación de ingeniería, se contempla la reposición de pavimento, paraderos en ciertos puntos y la construcción de una conexión que llegue hasta la ruta Concepción-Cabrero, además de nuevas obras en materia de seguridad vial”.
Debido a que las obras serán de menor envergadura, agregó, “esperamos una baja en la tarifa del peaje, pero el monto de este se verá al momento de licitar a la nueva concesionaria”.
Jardúa agregó que “sin duda es un avance para una vía que es muy utilizada por los vecinos que se trasladan de todo Ñuble a la capital regional de Biobío y que beneficia directamente a los vecinos de los sectores Santa Cruz de Cuca, Ñipas, Nueva Aldea y también a la comuna de Quillón”.
Jardúa subrayó que la apertura económica de este contrato sería a fines de agosto, por lo que durante el segundo semestre de este año debería comenzar la asesoría que definirá las obras de ingeniería que darán paso a la licitación para definir finalmente a la concesionaria que operará luego de que finalice el actual contrato, en 2023.