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Debido a problemas estructurales y de capacidad, 16 alumnos de octavo básico del Colegio San Buenaventura no podrán matricularse el próximo año, en el nivel de primero medio, ya que según lo expresado por el seremi de Educación, Felipe Rossler, el establecimiento no cumple con requerimientos de infraestructura que permita ampliar los cupos establecidos.
La situación ya se había informado al colegio el año 2010, precisó la seremi, no obstante desde el establecimiento precisaron que no habrían recibido alguna notificación por parte de las autoridades.
Un total de 61 alumnos en dos octavos básicos tiene el colegio. Para pasar a primero medio, donde solo quedará un curso, fueron seleccionados 35 alumnos prioritarios y aquellos que tienen un hermano ya matriculado en algún otro curso. Los 25 restantes fueron sometidos a un proceso mediado por el azar, donde se le designó un número a cada estudiante. A través de una tómbola, los 10 primeros en salir son quienes tienen matrícula para primero medio, quedando 16 alumnos sin cupo, los que deberán buscar otro colegio.
Los apoderados afectados aseguran que el año pasado el seremi de Educación del Biobío les había confirmado que ambos cursos se mantendrían en primero medio. Situación que cambió hace aproximadamente un mes, cuando se les informó que el seremi de Educación de la Región de Ñuble no iba a permitir la capacidad de ambos cursos y que los alumnos tendrían que pasar por un proceso de selección.
Tómbola
La apoderada del octavo básico B, Iris Navarrete, fue una de las afectadas ya que su hijo fue sometido al proceso de admisión de la tómbola: “Es totalmente injusto, porque se somete a los niños a este proceso dramático y se les trata como si fueran objetos, es un proceso traumático. Ese día habían apoderados llorando porque muchos vienen desde kínder con sus compañeros y estábamos tranquilos, porque antes nos habían dicho que pasábamos los dos octavos” comentó la apoderada sobre el día que entregaron los últimos cupos.
Los padres de los 16 alumnos que no fueron seleccionados dicen que no buscarán otro colegio de momento, ya que su objetivo es que sus hijos puedan matricularse en el recinto donde muchos llevan más de cinco años seguidos: “Nosotros no nos damos por vencidos, buscar otro colegio es rendirse. Acá son problemas técnicos subsanables y ya se está trabajando en ello”, expresó Iris Navarrete, en representación del 8º básico B.
Capacidad al límite
Sobre las críticas de los apoderados, el seremi de Educación, Felipe Rossler, expresó a través de un comunicado que se trata de un hecho que habitualmente ocurre en el Colegio San Buenaventura con los octavos básicos y que con el proceso de admisión anterior, la prioridad era por méritos académicos, pero de igual forma ocurría esta suerte de “embudo”, según lo expresó el secretario regional.
La razón principal que entrega el seremi para no autorizar el paso de todos los alumnos es la capacidad del colegio y su infraestructura, ya que no cumple los requisitos para recibir a más estudiantes. “El problema tiene que ver con una nueva fijación de capacidad del establecimiento, y que nos es imposible autorizar porque el edificio no cuenta con las condiciones de seguridad para modificar la estructura actual de cursos”.
La falta de una red húmeda y las dimensiones de los pasillos son otras de las razones que explica el seremi: “Hoy el colegio no tiene una red húmeda para ser utilizada en caso de incendio y el ancho de los pasillos no permite incorporar más alumnos. Estas son situaciones que desde el 2010 se les hicieron al establecimiento y que a la fecha no se han solucionado”.
La autoridad descartó rumores que existían entre los apoderados y el colegio sobre el posible cierre del establecimiento y calificó como “grave que esté circulando información de este tipo”, negando esta situación, ya que jamás se ha hablado sobre eso.
Los apoderados de los estudiantes no selecciones del octavo básico reconocieron que los pasos a seguir es tomar acciones legales en contra del establecimiento, ya que sienten que los alumnos no seleccionados han sido discriminados y seguirán esperando para que sus hijos puedan matricularse en ese mismo colegio.